La Guerra Secreta en Los Países Bajos
Los Ejércitos Secretos de La OTAN
En villa Maarheeze, existía la sede de los servicios
secretos exteriores (Inlichtingen Buitenland) y del stay-behind neerlandés.
Al igual que en la vecina Bélgica, el ejército secreto
stay-behind de los Países Bajos tiene su origen en la ocupación que sufrió esa
nación durante la Segunda Guerra Mundial.
Los Países Bajos, como habrían de deplorar posteriormente
los estrategas neerlandeses, no habían establecido ningún tipo de red
stay-behind antes de la guerra, por falta de financiamiento, de previsión y
también de interés dada la relativa neutralidad neerlandesa. Pero, en mayo de
1940, el ejército alemán invadió el país, viéndose así obligados el gobierno,
la familia real neerlandesa y una serie de personalidades privilegiadas a huir
de forma precipitada y desordenada hacia Gran Bretaña.
La sección de inteligencia del Estado Mayor neerlandés,
conocida como GS III, había tardado demasiado en dar la alerta en el momento de
la invasión alemana, fracasando así de forma lastimera en lo que constituía su
principal misión. La tardía debacle provocó numerosos problemas de
funcionamiento en el plano logístico y los ministros que llegaron a Londres en
mayo de 1940 enfrentaron enormes dificultades para ponerse a trabajar ya que ni
siquiera disponían de numerosos documentos fundamentales. Para muchos, en el
seno del ejército y los servicios secretos, era evidente que había que hacer el
máximo para evitar en el futuro la repetición de una derrota tan caótica. Y
también estaba claro que, en cuanto terminara la guerra, sería necesario
emprender los preparativos para hacer frente a una posible nueva invasión.
Después de la precipitada salida del gobierno con destino
a Londres, en mayo de 1940, los alemanes ocuparon el territorio neerlandés
durante casi 5 años, lo cual constituyó un verdadero trauma en la historia de
los Países Bajos. El gobierno refugiado en Gran Bretaña, prácticamente sin
ninguna fuente de información digna de confianza sobre la situación del país,
envió agentes encargados de recoger datos de inteligencia en los Países Bajos,
de organizar la resistencia y de emprender operaciones clandestinas de poca
envergadura.
Al igual que en Bélgica, aquellas operaciones se
realizaban en estrecha cooperación con los británicos, esencialmente con el
Special Operations Executive (SOE), de reciente creación. Pero los alemanes
lograron penetrar rápidamente aquellas unidades mal preparadas, provocando
pérdidas desastrosas. En uno de los mayores fracasos del SOE, agentes alemanes
se infiltraron en el famoso Englandspiel, la sección neerlandesa de ese
servicio, y tuvieron acceso a los transmisores de radio, y por lo tanto a las
comunicaciones.
Durante la guerra, neerlandeses y británicos
establecieron estrechos vínculos y Londres ayudó a sus aliados a reorganizar su
destruido aparato de inteligencia. Siguiendo los consejos de los británicos,
los neerlandeses crearon dos nuevos servicios a principios de los años 1940.
El Bureau
Inlichtingen (BI) fue creado en noviembre de 1942,
con la misión de recoger datos de inteligencia.
El Bureau Bijzondere Opdrachten (BBO) debía, por su
parte, realizar operaciones especiales. Los agentes del BBO saltaban en
paracaídas sobre el territorio ocupado, junto a las unidades especiales del SOE
británico. Con la firma del armisticio se produjo el desmantelamiento de los
dos servicios neerlandeses. En los años siguientes, sin embargo, la mayor parte
de sus efectivos estuvieron directamente implicados en la red stay-behind
neerlandesa.
Durante la ocupación, C. L. W. Fock, un miembro del BI,
había insistido en que los Países Bajos tendrían que estar en el futuro mejor
preparados y que habría que construir obligatoriamente una red stay-behind,
antes del estallido de un nuevo conflicto. Su superior, J. M. Somer, director
del BI en Londres, también estaba convencido de que sería necesario crear una
organización de ese tipo en cuanto terminara la ocupación alemana.
"Recuerdo que Somer, Charles van Houten (oficial de
enlace entre el BI y la reina Gullermina) y yo mismo estábamos de acuerdo, ya
en 1944, en que aquello nunca más podía repetirse", recuerda Fock en una
entrevista concedida desde su apartamento de La Haya, a los 87 años.
Evocando aquella historia más de 50 años después, Fock
testimoniaba: "Al cabo de aquella conversación se hizo evidente que sería
preferible que los Países Bajos estuviesen preparados para una nueva guerra.
Era necesario emprender acciones en aquel sentido en cuanto fuese
posible."
En el momento de la liberación de los Países Bajos, uno
de los hombres más experimentados en materia de operaciones secretas era Somer,
el jefe del BI. Antes de la guerra había trabajado para el servicio de
inteligencia GS III. Posteriormente se había enrolado en operaciones de
resistencia en suelo neerlandés y, en marzo de 1942, había estado a punto de
caer en manos del Sicherheitsdienst alemán, pero había logrado llegar a Londres
al cabo de un largo periplo.
Después de la guerra, ascendido al grado de coronel,
Somer escribió sus reflexiones sobre las técnicas stay-behind y las presentó al
general J. Kruls, al mando del Estado Mayor neerlandés desde noviembre de 1945.
La nota de servicio de Somer a Kruls se titulaba: "Las
enseñanzas que debemos sacar del periodo 1940-1945 en materia de Inteligencia y
de Servicios de Seguridad".
Un veterano recuerda que, "ese fue uno de los
primeros asuntos que Kruls tuvo que atender en sus nuevas funciones de jefe del
Estado Mayor".
La idea sedujo de inmediato al general.
En el libro Vreede of Oorlog [La Paz o la Guerra], que
publicó años más tarde - durante la guerra de Corea - Kruls, gran partidario de
las operaciones especiales, subrayaba que era importante conceder "la
mayor atención posible a la preparación de acciones clandestinas". Según
su visión, Europa occidental tenía que mirar "de frente la dura
realidad". En otras palabras, si estallaba una guerra en un futuro
próximo, "las operaciones secretas pudieran tener en ella un papel
decisivo".
En septiembre de 1945, Somer presentó, con respaldo de
Kruls, su plan stay-behind al ministro de Defensa de los Países Bajos, J.
Meynen. El plan no insistía en el potencial de un ejército secreto en materia
de operaciones especiales y de actos de sabotaje. Pero sugería la creación de
una unidad de búsqueda de información "que debería ser capaz de reunir
información militar, política y económica y transmitirla por correo o a través
de redes de telecomunicaciones" al mando militar basado fuera de las
fronteras del país ocupado.
Somer explicaba que habría que reclutar hombres y
entrenarlos en el uso de las técnicas de comunicación por radio y técnicas de
elaboración de mensajes en clave y subrayaba que aquellos hombres no deberían
ser miembros de las fuerzas armadas regulares, agregando que sólo así podrían
participar en operaciones clandestinas en caso de invasión. El ministro aprobó
aquel plan y Somer fue nombrado a la cabeza de la primera red stay-behind de
los Países Bajos, con la misión de formar un ejército secreto. Al mismo tiempo,
se le puso a cargo de disolver el BI, del que había sido director durante la
guerra. Tales atribuciones le proporcionaban la mejor cobertura posible para
sus preparativos clandestinos.
Unió el nuevo servicio stay-behind al antiguo servicio
secreto militar de antes de la guerra - el GS III - y le puso como nombre
codificado "GIIIC".
Jan Marginus
Somer (1899-1979). Director de los servicios de inteligencia del
gobierno neerlandés exilado en Londres durante la Segunda Guerra Mundial. Después
de la ocupación alemana, fundó una red stay-behind que se llamó GIIIC,
posteriormente designada G7.
Al cabo de unos meses, Somer comenzó a cuestionar la
estructura organizativa. No le gustaba que su red stay-behind dependiera del
Estado Mayor. Poco dado a obedecer las órdenes de un jefe de sección, Somer
resaltó los riesgos que representaba aquella estructura para el carácter
confidencial del proyecto.
"La opinión de Somer era que su unidad altamente
secreta era indispensable pero que no podía existir oficialmente". Así que
en enero de 1948 se decidió que la red stay-behind dejaría de aparecer en el
organigrama del ministerio de Defensa y que quedaría en lo adelante bajo el
mando directo de Somer.
Insistió también para que el cuartel general de la
organización abandonara los locales del mando de las fuerzas armadas
neerlandesas, que se hallaban en el complejo militar de Prinses Juliana, a
medio camino entre La Haya y la localidad de Wassenaar. Somer fue autorizado a
buscar un nuevo edificio en los alrededores. Ignorando la necesidad de
discreción, Somer optó por la villa Maarheeze, en Wassenaar, una impresionante
residencia de original arquitectura construida en 1916 por un hombre de
negocios neerlandés que había amasado una fortuna en Indonesia.
En mayo de 1945, Somer, que todavía era oficialmente un
empleado del BI, se instaló en la villa Maarheeze, a sólo 5 minutos en auto de
las oficinas del mando militar. Al año siguiente, aquella residencia se
convirtió en sede de la red GIIIC, rápidamente rebautizada G7. Somer insistía
en la primordial importancia de la confidencialidad que tenía que existir
alrededor del ejército secreto. Mientras estuvo al mando de la red no aceptó
entre sus miembros ningún católico romano ya que el deber de confesión le
parecía incompatible con el hecho de ser miembro de un servicio secreto.
Al mismo tiempo,
Somer se encargaba de que el ejecutivo neerlandés estuviese al tanto de sus
proyectos de acciones clandestinas. Asistido por el jefe de Estado Mayor Kruls,
Somer expuso la situación al primer ministro Louis Beel cuando este último
asumió - en julio de 1946 - el cargo, que ocupó hasta 1948. No resultó difícil
convencer a Beel del interés que presentaba la creación de una red stay-behind.
El nuevo primer ministro dio su consentimiento para las nuevas operaciones
especiales, aunque la hipótesis de una invasión soviética le parecía bastante
poco probable.
Después del desmantelamiento del BI - garantizado por el
propio Somer - sólo quedó en la villa Maarheeze la sede de la red stay-behind
G7, que disponía por lo tanto de suficiente espacio para otras ramas del
aparato neerlandés de inteligencia.
Ya no existían los servicios secretos BI y BBO. Para
reemplazarlos se crearon entonces dos nuevos servicios: el servicio secreto
interior BVD (Binnenlandse Veiligheidsdienst) y el servicio de inteligencia
exterior IDB (Inlichtingen Buitenland).
El primer ministro confió la tarea de conformar el IDB a
C.L.W. Fock, quien ya había sido vicedirector del BI en Londres, bajo las
órdenes de Somer. Cuando Fock fue nombrado a la cabeza del IDB, Somer le preguntó
si quería establecer la sede de su servicio en la villa Maarheeze. Fock aceptó
la proposición y el IDB se instaló allí, garantizando el pago del 60% del
alquiler.
Durante las siguientes décadas, la villa Maarheeze
adquirió una reputación como centro de operaciones clandestinas y fue señalada
de inmediato en cuanto se descubrió que el IDB había realizado operaciones
ilegales dentro del territorio nacional y que mantenido vínculos con los
círculos de extrema derecha durante la guerra fría.
Cuando se reveló, en 1990, que el ejército secreto Gladio
había estado en la misma casa que el IDB, la villa Maarheeze se convirtió en
símbolo de intrigas y manipulaciones. El primer ministro Lubbers disolvió el
servicio de inteligencia exterior en 1994 y la mayoría de sus funciones pasaron
a manos del BVD .
El comandante stay-behind Somer se ausentaba a menudo de
su cuartel general en la villa Maarheeze debido a sus numerosos viajes a través
de todo el país, en busca de reclutas para su ejército secreto. La mayor parte
de aquella primera generación de miembros del Gladio neerlandés tenía en común
algún tipo de experiencia adquirida durante la Segunda Guerra Mundial. Muchos
de ellos habían sido miembros de las unidades del BBO que habían saltado en
paracaídas en territorio ocupado junto a los agentes del SOE británico para realizar
operaciones clandestinas. Otros habían sido miembros de la red de resistencia
OD (Ordedienst) que el propio Somer había dirigido en la provincia de Brabante
Septentrional antes de verse obligado a huir a Londres, en 1942. "Somer
recorría todo el país en el marco de su misión", recuerda un ex agente.
"Contactó, por ejemplo, a un ex comandante de la unidad clandestina de
inteligencia Albrecht. Se veían en habitaciones de hotel, donde discutían las
grandes líneas del proyecto."
A primera vista, no es ese el tipo de actividades que uno
se imagina que realice personalmente el jefe de una organización súper secreta.
Pero como el contacto personal era básico para el funcionamiento de la
operación, Somer sostenía obstinadamente que su método era el más productivo,
aunque otros agentes reconocen que, "pensándolo bien, uno puede - claro
está - abrigar dudas sobre los métodos". Somer mantenía permanentemente
contactos secretos con el MI6 y la CIA.
Cuando pidió al ministro de Transportes y Energía y al
director de Telecomunicaciones una autorización especial para utilizar
receptores y transmisores de radio y además una licencia para emitir en ciertas
frecuencias que él definía, insistió en que era necesario disponer de un, "contacto
rápido, secreto e independiente con los representantes ingleses y americanos en
el extranjero".
Somer precisó claramente que "las ventajas de tales
medios" de comunicación habían sido mencionadas por el Reino Unido y
Estados Unidos. El equipamiento solicitado fue instalado de inmediato en la
villa Maarheeze.
El príncipe
Bernhard zur Lippe Biesterfeld (1911-2004). Este
príncipe ex-nazi fue reciclado por el MI6 británico. Fue el creador de
"O", la segunda red stay-behind en los Países Bajos, y del Grupo de
Bilderberg.
Mientras Somer conformaba su red G7, una segunda
organización stay-behind independiente de la primera se estaba construyendo,
rodeada del mayor secreto, en los propios Países Bajos.
Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, la
inteligencia neerlandesa, estimulada a ello por el MI6 británico, se había
acercado al príncipe Bernhard para sugerirle la creación de una red stay-behind
que se encargaría de realizar operaciones de sabotaje. Más bien favorable al
proyecto, el príncipe se ocupó de que este fuese puesto en manos del primer
director del BVD, Louis Einthoven.
Con la aprobación del primer ministro W. Schermerhorn,
Einthoven conformó entonces una organización stay-behind designada como
"O", reclutó y formó agentes y creó escondites de armas. Nacido en
1896, Louis Einthoven había sido oficial superior en la policía de Rotterdam
antes de 1939 y había luchado contra la ocupación alemana durante la guerra.
Hasta su muerte, en 1937, siguió siendo un orgulloso soldado de la guerra fría,
obsesionado con la amenaza comunista. Impuso "controles de seguridad"
para verificar la confiabilidad ideológica de los miembros del Gladio
neerlandés y de los agentes de su BVD.
Su posición a la cabeza del servicio le garantizaba una
cobertura ideal para sus funciones altamente secretas de jefe del ejército
clandestino. Pero también le dieron, sobre todo, durante 16 años, la
posibilidad de utilizar a los miembros de su red Gladio dentro del país, sin
esperar siquiera que se produjera la supuesta invasión.
Einthoven pensaba constantemente que agentes de la Unión
Soviética podían llegar a infiltrarse en su ejército secreto y concedía, por lo
tanto, gran importancia al contraespionaje. "La doble función de Einthoven
como director del BVD y de la red O era, por supuesto, particularmente
interesante para nosotros", recuerda un ex miembro del Gladio neerlandés.
En efecto, al igual que la mayoría de los servicios
secretos internos, el BVD se encargaba de vigilar a ciertos elementos de la
sociedad neerlandesa que podían representar una amenaza para el Estado y el
gobierno, y se encargaba también de recoger información y vigilar a los
movimientos políticos, sobre todo la extrema derecha y la extrema izquierda. Aún
hoy no se dispone de ningún documento sobre el ejército secreto de Einthoven y
lo que hizo se mantiene en la mayor oscuridad (Y aun hoy en día vigila las
posibles amenazas para el Estado de Unión Europea como por ejemplo ahora es
Rusia. Es como volver a la época de la guerra fría, se encargan de vigilar los
movimientos y las decisiones de los políticos de las naciones de la Alianza,
para fomentar los mecanismos para impedir que Rusia pueda invadir Ucrania. Por
eso realizan operaciones de sabotaje contra Rusia como como los misiles
lanzados contra Península de Crimea, la ciudad de Bélgorod, las refinerías
petrolíferas rusas e inclusive lo han hecho en el mismo corazón de Moscu con
drones para darle crédito a régimen de Kiev y financiando la guerra a los
ucranianos para que la guerra lo realicen el ejército ucraniano en vez de
ellos).
Louis
Einthoven (1896-1979). Jefe de la
segunda red stay-behind neerlandesa.
En 1948, los 2 ejércitos secretos neerlandeses - el
integrado al BVD y dirigido por Einthoven y el que dirigía Somer desde la villa
Maarheeze, concluyeron un acuerdo de cooperación con el MI6. También se elaboró
un pacto similar con vistas a una colaboración stay-behind clandestina con la
CIA a raíz de la creación de esta última, en 1949. Queda por determinar si,
como ha podido observarse en los demás países, aquellos acuerdos ordenaban a
los ejércitos secretos de los Países Bajos combatir el comunismo y los partidos
políticos de izquierda sin esperar a que se produjera una invasión soviética.
Sin embargo, cuando se reveló en 1990 la existencia de la
red stay-behind, aquellos arreglos secretos fueron enérgicamente denunciados en
el país, que comenzó a preguntarse si el MI6 y la CIA habían controlado el
ejército secreto, hipótesis intolerable para la gran mayoría de los políticos
neerlandeses, preocupados por la soberanía de su país.
En 1992, un ex miembro del Gladio de los Países Bajos,
quien prefirió conservar el anonimato, sostuvo que, a pesar de sus contactos
regulares con Londres y Washington, los ejércitos secretos neerlandeses siempre
habían mantenido su soberanía: "Ni los servicios secretos británicos ni
sus homólogos americanos tenían la posibilidad de localizar un agente de
nuestra red stay-behind. Y así tenía que ser. Si hubiésemos permitido a los
británicos, por ejemplo, utilizar la red ya nadie hubiese querido ser miembro
de ella".
Otro ex agente neerlandés afirmó en 1990 que "La CIA
sólo tenía una vaga idea de las capacidades de la red stay-behind en nuestro
país". A pesar de esas afirmaciones corrió el rumor de que la identidad
súper secreta de los guerreros de las sombras de todos los países de Europa
Occidental, y por lo tanto de los neerlandeses, era información conocida para
la CIA y el MI6.
En 1948, importantes acontecimientos ocurridos en el
exterior obligaron al comandante Somer a renunciar a sus actividades
stay-behind en los Países Bajos. Indonesia, la más rica y antigua colonia
neerlandesa, había emprendido una lucha sin cuartel por su independencia, al
igual que gran número de colonias europeas.
Por orden del general Spoor, el especialista en
operaciones especiales Somer viajó por lo tanto al Extremo Oriente y, hacia el
fin de la primavera, fue nombrado director del temido NEFIS, los servicios
secretos militares neerlandeses en Indonesia. El NEFIS realizó operaciones
clandestinas de excepcional violencia, sin lograr por ello impedir que
Indonesia alcanzara la independencia en 1949. Somer regresó entonces a los
Países Bajos, donde escribió un libro sobre "su" servicio secreto, el
BI, y sus memorias sobre la guerra. Publicado en 1950, con el título Zij
sprongen buj nacht [Saltaban de noche], el libro de Somer contenía los nombres
de numerosos agentes y relataba varias operaciones clandestinas, indiscreciones
que el ministerio de Defensa le reprochó.
"El gobierno no sabía nada", afirmó un ex
miembro del Gladio, insistiendo en el carácter altamente secreto de las redes
stay-behind neerlandesas. Agregó que "sólo unos pocos secretarios
generales dentro del ejecutivo conocían el secreto ya que sus superiores a
nivel ministerial tenían que cambiar periódicamente".
Los indicios disponibles sugieren que entre los
responsables al tanto de la existencia del ejército secreto estuvieron los
primeros ministros, los ministros de Defensa y los secretarios generales considerados
dignos de confianza por los comandantes stay-behind, así como los jefes de
estado mayor y los directores de los servicios de inteligencia internos. "Los
políticos hacen a veces selecciones extrañas con sus nominaciones",
observó otro agente stay-behind que conservó el anonimato.
"Pero es perfectamente lógico que un alto
responsable que asume sus funciones sea puesto al tanto de todo. Sin embargo,
cuando se trata de temas sensibles, los funcionarios hacen una excepción y
esperan a ver con quién están tratando", agregó. Se mantenía en la
ignorancia al parlamento y sus comisiones especiales.
Ni siquiera la "Comisión permanente para los
servicios secretos y de seguridad", que estaba obligada a respetar reglas
de confidencialidad, ni la "Comisión ministerial a cargo de los servicios
secretos y de seguridad" del parlamento neerlandés fueron informadas sobre
la existencia de las redes stay-behind antes de las revelaciones de 1990.
Después de la partida de Somer fue el barón J.L. van
Lynden, un instructor de caballería neerlandesa de 35 años, el designado como
nuevo comandante stay-behind. No había sido fácil encontrar sucesor para Somer.
La mayoría de los ex miembros del BI habían rechazado el puesto porque conocían
demasiado bien las complicaciones y situaciones embarazosas que implicaba el
hecho de tener que llevar una doble vida. Cuando los barones van Lynden
reemplazó oficialmente a Somer como jefe de la red G7, el 1º de junio de 1948,
aquello sorprendió a todos en el sector de la inteligencia.
Contrariamente a su predecesor, van Lynden carecía de
experiencia en la materia. La proposición venía del director del IDB, Fock,
quien, 40 años después, comentó, “Estoy bastante orgulloso de aquel
descubrimiento", al elogiar el carácter del comandante del stay-behind. El
prestigio de van Lynden residía en su pasado de miembro de la resistencia.
En 1940 había estado entre los alrededores de 50
oficiales superiores neerlandeses que se habían negado a comprometerse con los
alemanes a abstenerse de actuar en contra de la ocupación, lo que le había
valido ser internado en un campo de prisioneros de guerra. En la cárcel de
Stanislai, en Polonia, había conocido al héroe de guerra británico Airey Neave,
con quien se había mantenido en contacto después del fin del conflicto.
Después de 1945, y hasta su muerte en un atentado del IRA
que hizo estallar su auto en un área de estacionamiento del parlamento
británico en marzo de 1979, Neave dirigió a los miembros del SAS (Special Air
Service) que se entrenaron en numerosas ocasiones con los ejércitos secretos de
Europa. En el momento de su nominación a la cabeza de la red stay-behind, el
barón, van Lynden trabajaba para el ya mencionado príncipe Bernhard.
Las relaciones que mantuvo con la reina y con la
caballería le proporcionaron una cobertura muy útil para función clandestina
como comandante del ejército secreto en los Países Bajos.
En 1951 fue nombrado edecán de la reina, a quien visitaba
varias veces por semana en el Palacio de La Haya. El barón era un jinete
experimentado, pasión que compartía con el príncipe Bernhard. En 1951, llegó a
ganar en La Haya un título de campeón de equitación de los Países Bajos. Cuatro
años después fue miembro del equipo neerlandés que ganó el concurso
internacional de salto con obstáculos en Rotterdam, título del que estaba
especialmente orgulloso.
A pesar de que su llegada suscitó cierto escepticismo,
van Lynden se integró rápidamente al mundo de la inteligencia. "Tenía un
talento natural para las cuestiones de seguridad", recordó uno de sus
admiradores. Quienes lo conocieron en el marco de su trabajo lo describen como
un hombre con una personalidad fuerte pero amistoso en el que se conjugaban
"temperamento, conocimientos y habilidad".
Durante sus años de detención, van Lynden había "estudiado"
con una mujer que fue más tarde profesora de filosofía y había así desarrollado
un comportamiento estoico y flemático bastante poco común en el ejército y en
el mundo de los servicios secretos.
Cuando comenzaron las preguntas sobre lo que hacía el
misterioso grupo G7 en la villa Maarheeze, cerca de las oficinas del IDB de
Fock, el barón decidió - el 1º de julio de 1949 - cambiar la denominación de su
servicio por la de SAZ (Sectie Algemene Zaken), en español Sección de Asuntos
Generales, que le parecía menos propensa a levantar sospechas.
Van Lynden pensaba también que, después de una invasión,
a los soviéticos no les costaría mucho trabajo identificar a los miembros de
las antiguas redes de resistencia y de los servicios secretos. Así que se fijó como
tarea el reclutamiento de nuevas caras con nombres hasta entonces ignorados,
reemplazando a la mayor parte de los ex colaboradores de Somer por perfectos
desconocidos. Mientras ocupó sus funciones, van Lynden insistió en obtener más
dinero con que comprar equipamiento técnico para su red stay-behind. Los
sistemas de comunicación eran particularmente costosos. El jefe de Estado Mayor
Kruls ya había pedido aquel financiamiento en 1946.
El dinero llegó finalmente, en 1948, cuando van Lynden ya
había sustituido a Somer a la cabeza del SAZ y nuevas tecnologías fueron así
desarrolladas en colaboración con el departamento de investigación de la firma
Phillips. A cambio de aquella cooperación, van Lynden garantizaba que los
técnicos de la empresa neerlandesa implicados en el proyecto no fuesen enviados
a los campos de batalla en Indonesia.
Sorprendentemente, el barón que dirigía la red
stay-behind SAZ nada sabía de la segunda y más secreta organización que dirigía
su compatriota Einthowen, el director del BVD. A tal punto que fueron los
británicos quienes informaron a van Lynden, durante un viaje del barón a
Londres, que existía en los Países Bajos una segunda red stay-behind paralela
bajo las órdenes de Einthoven. Muy sorprendido, el barón recomendó inmediatamente
coordinar los dos ejércitos secretos para evitar posibles complicaciones. Su
recomendación fue escuchada: el SAZ de van Lynden y la red stay-behind de
Einthoven se fundieron en una sola para formar el ejército secreto I&O
(Intelligence & Operations), designación bajo la cual se reveló su
existencia en 1990.
Pero las dos ramas siguieron funcionando por separado. La
red SAZ fue rápidamente rebautizada unidad I mientras que la de Einthoven se
convertía en unidad O. Según algunas fuentes internas, a Einthoven - que seguía
su propio plan secreto - le molestaba tener que trabajar con el SAZ de van
Lynden y mientras estuvo a la cabeza de la unidad O la cooperación entre la
sección Inteligencia y la sección Operaciones fue más bien excepcional.
Conforme a lo decidido en secreto con los británicos, la
misión fundamental de I&O era hacer el papel de stay-behind en caso de
ocupación de los Países Bajos. "La impresión general era que todos
[británicos y neerlandeses] estábamos atravesando tiempos difíciles y que los
británicos resolverían el problema gracias a su experiencia en la
materia", recuerda un ex agente neerlandés.
Dentro de la red stay-behind de los Países Bajos existía
una división de tareas.
La unidad I de van Lynden debía encargarse de recoger la
información de inteligencia y de transmitirla desde las zonas ocupadas, así
como del manejo de las bases de exilio y de las operaciones de evacuación de la
familia real, del gobierno y de los agentes del aparato de seguridad,
incluyendo el personal de I&O.
La unidad O de Einthoven debía, por su parte, ocuparse de
la realización de las misiones de sabotaje y de guerrilla, fortalecer las redes
de combatientes locales y crear un nuevo movimiento de resistencia. Pero
también tenía como misión alertar a la población, en tiempo de paz, sobre la
amenaza que representaban los comunistas. La unidad O se entrenaba, por lo
tanto, para la realización de las operaciones especiales, utilizando para ello
armas y explosivos y disponía de sus propios escondites de armas.
La mayoría de los costos que generaba la red stay-behind
se cubrían con un presupuesto secreto del ministerio de Defensa y el control de
los gastos lo realizaba personalmente el presidente del Algemene Rekenkamer
(equivalente neerlandés del Tribunal de Cuentas).
Mientras se mantuvo en el cargo, van Lynden buscó
afanosamente un lugar de exilio donde, en caso de invasión, su SAZ pudiese
llevar al gobierno neerlandés y una serie de personalidades previamente
escogidas. Inglaterra, que había sido un refugio seguro durante la Segunda
Guerra Mundial, ya no ofrecía las mismas garantías de seguridad en caso de
nuevo conflicto. Van Lynden prosiguió la búsqueda por mucho tiempo y decidió
finalmente que, en Europa, sólo el Reino Unido y la Península Ibérica
presentaban condiciones aceptables.
En América, puso en su lista la colonia de Curazao, en
las Antillas Neerlandesas, así como Estados Unidos y Canadá. A principios de
los años 1950 viajó varias veces a Estados Unidos. El lugar que buscaba no
podía estar cerca de una instalación estratégica, como una zona industrial o
militar, que pudiese ser blanco de los soviéticos. Aunque se ignora el lugar
preciso, se sabe que van Lynden halló finalmente donde instalar su base y que
se emprendió la duplicación de importantes documentos del ejecutivo neerlandés
para almacenarlos allí. El cuartel general de la red stay-behind de los Países
Bajos en Estados Unidos se había instalado con el consentimiento de la CIA.
Un ex responsable neerlandés recuerda la reticencia de la
agencia estadounidense en cuanto al asunto: "Hablaremos de eso cuando
llegue el momento", fue según él la respuesta en los primeros contactos.
"Pero nosotros insistimos en hablar de aquello
inmediatamente. Al cabo de unos meses, la CIA finalmente aceptó darnos lo que
pedíamos", lo cual dio lugar a la creación en Estados Unidos de un centro
de mando del Gladio neerlandés. Van Lynden estableció también un refugio en
España, donde reinaba en aquel entonces el dictador Franco.
"Si él hubiese aceptado, habríamos construido
nuestra base en la casa misma de Franco", recuerda un ex guerrero de la
sombra. El comandante stay-behind van Lynden convenció a su homólogo Einthoven
de realizar aquella misión. Disfrazado de turista, Einthoven viajó a España en
1959 y estableció allí una base con ayuda de los contactos del ex embajador de
los Países Bajos en Madrid, W. Cnoop Koopmans.
Los elementos disponibles al respecto son muy
fragmentarios, pero parece que contactos similares se establecieron con Canadá
y Gran Bretaña.
Los preparativos con vista a una evacuación en caso de
que el país fuese invadido se tomaban muy en serio y para ello se movilizaron especialmente
navíos y aviones. "Yo recuerdo que hacia 1950 tuve que inspeccionar una
buena cantidad de yates para verificar si estaban en condiciones de
navegar", declaró un ex miembro de la Marina de Guerra neerlandesa y ex
oficial stay-behind después de las revelaciones de 1990. Como símbolo de las
estrechas relaciones con los británicos, la Rosa de los Tudor figuraba en las
insignias del SAZ junto a la divisa de Somer: "Jamás cejaremos".
"No teníamos ninguna intención de librar la próxima
guerra bajo las órdenes de los británicos", subrayó sin embargo un ex
guerrero holandés de la sombra, orgulloso de su independencia. "Van Lynden
era muy inteligente. Nunca habrían podido deshacerse de él. Como tampoco
pudieron hacerlo después los americanos cuando empezaron a tener un papel
preponderante, a fines de los años 1950. Pero van Lynden comprendía que era
necesario cierto consenso entre las partes y, para él, el papel de los jefes
era decidir hasta qué punto estaban dispuestos a cooperar, defendiendo a la vez
su soberanía".
En reuniones altamente secretas del ACC y del CPC, los
órganos de coordinación y mando stay-behind de la OTAN, el Gladio neerlandés
I&O trató siempre de aparecer como una entidad dotada de dos ramas que
trabajaban en perfecta coordinación.
Los neerlandeses estaban acostumbrados a trabajar bajo el
control del MI6 y de la CIA. En efecto, al terminar la guerra, el Reino Unido y
Estados Unidos habían formalizado su colaboración con los Países Bajos mediante
la creación de un foro tripartita bautizado TCH, en el que cada país disponía
de un asiento. Paralelamente a la creación de ese comité secreto de
coordinación, se había fundado - el 17 de marzo de 1948 - el CCUO cuya función
era preparar en tiempo de paz al Reino Unido, Bélgica, los Países Bajos,
Luxemburgo y Francia para una eventual invasión soviética.
En abril de 1951, las funciones del CCUO pasaron al CPC,
que estaba profundamente integrado a la OTAN y en cuyo seno los servicios
secretos de los Países Bajos disponían también de un asiento.
Mientras dirigió el Gladio neerlandés, van Lynden
promovió activamente los contactos entre los servicios secretos europeos y sus
ejércitos secretos e insistió en la necesidad de establecer una cooperación en
el marco del establecimiento de vías internacionales de ex filtración y
evacuación. Con esa perspectiva, estando ya a la cabeza del ejército en los
Países Bajos, el barón viajó incansablemente a través de toda Europa durante
muchos años.
Sabiendo que diferentes servicios de seguridad apreciaban
sus esfuerzos, asumió voluntariamente el papel de primer secretario de CPC.
Pero los británicos, que desconfiaban de aquel hombre - cuyas ideas les
parecían demasiado liberales - obstaculizaron su nombramiento.
En 1957, Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, Bélgica,
Luxemburgo y los Países Bajos representados por van Leyden fundaron el Six
Powers Lines Committee, que ejercía las mismas funciones de coordinación que el
CPC, pero ocupándose en específico de las vías internacionales de comunicación
y evasión.
El Six Powers Lines Committee se convirtió después en el
ACC, fundado en París en 1958. Este nuevo comité se encargó de la coordinación
de los ejercicios internacionales del Gladio, que se realizaban con las
diferentes redes nacionales en la mayor clandestinidad. Ante la posibilidad de
una invasión, el ACC disponía de una base en Estados Unidos y de otra en Gran
Bretaña desde donde podían ser activadas y dirigidas las unidades presentes en
los territorios ocupados.
Manuales impresos por el ACC indicaban a los soldados
stay-behind los procedimientos comunes a seguir para las operaciones
especiales, la elaboración de mensajes cifrados, las técnicas de salto de frecuencia,
así como los procedimientos de salto en paracaídas. La presidencia del ACC se
renovaba cada 2 años. A través del TCH, del CPC y del ACC, la red Gladio
neerlandesa I&O se mantenía por lo tanto en contacto permanente con la CIA
y el MI6.
Durante los años 1950, la CIA y el MI6 realizaron
numerosas operaciones clandestinas conjuntas, como la que provocó en 1953 la
caída del gobierno de Mossadegh, quien había comenzado a redistribuir parte de
los ingresos del petróleo a la población iraní. Al mismo tiempo, ambos
servicios de inteligencia temían que los comunistas europeos y los servicios
secretos soviéticos hiciesen lo mismo en Europa Occidental y daban gran
importancia a los ejércitos secretos creados en el Viejo Continente.
En 1953, la CIA ordenó a van Lynden la realización de
ciertos cambios para hacer que sus unidades fuesen más profesionales. "Es
una serie de recomendaciones impresas en gruesos volúmenes azules" que
fueron entregados al barón, según recuerda un ex agente.
"Van Lynden estudió los documentos cuidadosamente.
Contenían información sobre las estrategias de toma del poder que los
soviéticos habían aplicado en Europa Oriental. Los ejemplos mostraban el tipo
de personas en el que los soviéticos se interesaban especialmente. Era evidente
que esos individuos no podían ser reclutados como agentes secretos. Partiendo
de ese razonamiento, van Lynden se separó entonces de cierto número de agentes
que habían sido reclutados por Somer."
Pero van Lynden no sólo tuvo que enfrentar las presiones
de la CIA. Otras emanaron de los propios servicios de seguridad neerlandeses.
En febrero de 1951, el general Kruls, quien había
contribuido grandemente a la creación del Gladio en los Países Bajos, como
superior de Somer y de van Lynden, fue apartado debido a una serie de
divergencias con el ministro de Defensa H. L. Jakob sobre la acción futura y la
organización del ejército neerlandés. Para sorpresa y descontento de un
importante número de militares, fue el general B.R.P.F. Hasselman quien fue
nombrado como sucesor de Kruls en el puesto de jefe del Estado Mayor del
ejército neerlandés.
Van Lynden detestaba personalmente a Hasselman. Ya antes
de la Segunda Guerra Mundial, eran notorias las opiniones pro alemanas de
Hasselman. Después de 1945 corrieron rumores de que Hasselman había traicionado
a su propio estado mayor antes de la invasión de 1940.
Después de la capitulación de los Países Bajos, Hasselman
había colaborado con los nazis y exigido a otros oficiales, entre ellos a van
Lynden, que hicieran lo mismo. Pero el barón se negó constantemente. En el
marco de una operación de consolidación de la ocupación alemana, un gran número
de oficiales del ejército neerlandés fueron deportados a campos de prisioneros.
Fue en el campo de Stanislau que van Lynden y Hasselman se encontraron. Este
último aceptó nuevamente cooperar con los alemanes, lo cual le valió una
posición predominante entre los prisioneros. Después de la guerra, Hasselman
fue degradado y excluido del ejército por haber colaborado con el enemigo.
Pero apeló la decisión y, para sorpresa general, incluso
logró ascender en la jerarquía militar, lo cual trajo cierto descrédito al
ministerio de Defensa neerlandés.
Benjamin Richard Pieter Frans Hasselman (1898-1984). Fue
jefe de estado mayor de las fuerzas armadas y presidente del Comité Militar de
la OTAN.
Al enterarse de la nominación de Hasselman, en 1951, la
caballería neerlandesa, a la que pertenecía van Lynden, decidió que ninguno de
sus miembros aceptaría darle la mano al general, a pesar de que este último era
de hecho su superior.
En su condición de jefe de sección, van Lynden estaba
obligado a tratar con su nuevo comandante en el marco de reuniones
protocolares. Van Lynden estaba tan incómodo que llegó incluso a pensar en la
posibilidad de dimitir. Finalmente decidió participar en aquellas reuniones,
pero Hasselman fue lo bastante inteligente como para no tratar de estrecharle
la mano.
Durante los años subsiguientes, Hasselman obstaculizó
repetidamente el ascenso de van Lynden. Aquello provocó conflictos internos y
Fock tuvo que intervenir, en su condición de secretario general del ministerio
de Asuntos Generales. "Hablé entonces con Hasselman en un tono bastante
directo y abrupto", contó Fock años más tarde. El resultado fue un
distanciamiento entre los dos responsables. A pesar de las luchas intestinas
que se libraban dentro del ministerio de Defensa, van Lynden se mantenía
concentrado en su misión.
"Todavía recuerdo la invasión de Hungría, en
1956", dijo un ex agente del ejército secreto de los Países Bajos al
referirse a una de las operaciones más célebres de las fuerzas soviéticas. "Aquel
día, van Lynden entró en la oficina, donde reinaba una atmósfera confusa y
febril. Y dijo en tono sereno: 'Ya hace años que venimos tratando de construir
eso. ¿Por qué están entonces todos ustedes tan nerviosos?' En realidad, yo creo
que teníamos que haber estado en condiciones de operar a partir de 1956'."
Pero van Lynden no siempre dio muestras de tanto
autocontrol.
Cuando se supo, en 1961, que el agente británico George
Blake trabajaba en realidad para los soviéticos desde principios de los años
1950, no fue sólo en Londres que la noticia sembró el pánico. Lo mismo sucedió
en las filas del ejército secreto neerlandés.
"Van Lynden se quedó aterrado cuando se
enteró", recuerda un ex soldado stay-behind.
En efecto, poco después del fin de la Segunda Guerra
Mundial, Blake había pasado meses en La Haya participando en las operaciones
especiales, en el marco de la cooperación reforzada establecida entre los
servicios británicos y neerlandeses. Durante aquel periodo, Blake había tenido
acceso a la villa Maarheeze de Wassenaar, el cuartel general de los servicios
secretos internos y de la rama I de la red stay-behind neerlandesa.
Van Borssum Buisman, posteriormente nombrado a la cabeza
del Gladio en los Países Bajos, se había entrevistado con el espía. "Blake
conocía el emplazamiento de las instalaciones y la identidad de los
miembros" del ejército secreto neerlandés, dijo un ex agente en
condiciones de anonimato. Desde su exilio moscovita, Blake desmintió
personalmente esas alegaciones en una conversación que sostuvo, en 1992, con
varios ex agentes del SAZ: "Nunca tuve información sobre esas actividades
[stay-behind]. Y los soviéticos nunca me hicieron preguntas sobre ese tema. Así
que no tienen [los miembros neerlandeses del Gladio] de qué preocuparse. El
nombre de van Borssum Buisman no me recuerda absolutamente nada."
Después de haber dirigido el SAZ o rama I de la
organización I&O durante 14 años, van Lynden dimitió en marzo de 1962. A
pedido de la reina, fue destinado nuevamente al Palacio Real. El barón murió en
1989, a los 76 años.
En el momento más álgido de la crisis de los misiles del
Caribe, en 1962, el mando de la red stay-behind neerlandesa I&O fue
reestructurado y se nombró un nuevo director para cada una de sus ramas.
Después de 14 años a la cabeza de la rama O, Louis Einthoven, quien ya contaba
66 años, dejó el BVD y pasó a retiro. Murió 12 años más tarde. El general de
división De Boer se convirtió en su sucesor en abril de 1962.
El general De Boer recibió del jefe del estado mayor van
den Wall Bake, la orden expresa de armonizar las relaciones entre los servicios
I y O, que se habían deteriorado bajo la dirección de Einthoven. Dos años más
tarde, el ministerio de Defensa nombró una comisión presidida por el doctor
Marius Ruppert para averiguar si De Boer había logrado su objetivo.
Junto a Ruppert, también formaban parte de la comisión
Fock y el almirante Propper.
En 1965, el parlamentario y consejero de la corona
Ruppert presentó su informe sobre el estado de la colaboración entre los dos
ejércitos secretos. Había descubierto cosas muy interesantes. Debido a la pobre
cooperación entre las dos ramas de la red stay-behind neerlandesa, Ruppert
sugería la creación de un cargo de "Coordinador de I&O" y
proponía ocupar él mismo ese cargo. También recomendaba el reemplazo de De Boer
a la cabeza de la sección O y nuevamente se proponía a sí mismo para ocupar el
cargo.
Por orden del primer ministro J. Zijlstra, Ruppert fue
nombrado entonces a la cabeza de la rama O de la red stay-behind neerlandesa,
cargo que ocupó hasta 1975.
Cuando fue llamado a dar explicaciones, como consecuencia
de las revelaciones de 1990, Fock reconoció haber formado parte de aquella
comisión secreta, pero dijo que no se acordaba de los temas abordados en
aquella época. Sólo recordaba encuentros regulares en la villa de Ruppert, en
la localidad de Zeist.
Las maniobras de Ruppert provocaron un verdadero
terremoto en el SAZ, la rama I de la red stay-behind. Aprovechándose de su
doble función como comandante de la rama O y coordinador de I&O, Ruppert
favoreció a sus propios servicios en detrimento de la sección I, lo cual dio
lugar a la aparición de un profundo resentimiento entre las dos ramas de la
organización. Ruppert dio a la rama O un papel predominante en el seno del ACC
y del CPC, los dos comités del mando stay-behind de la OTAN. La cooperación
entre las dos secciones del Gladio en los Países Bajos dejó por lo tanto mucho
que desear a lo largo de varios años.
Las tensiones disminuyeron únicamente con la nominación
de un nuevo coordinador en lugar de Ruppert. A partir de entonces, el cargo fue
ocupado generalmente por ex oficiales de la marina quienes, al pasar a retiro a
los 55 años, tenían así la posibilidad de hacer una segunda carrera menos
oficial.
En 1975, fenómeno bastante poco común en la historia de
las redes stay-behind, el sucesor de Ruppert a la cabeza de la sección O fue el
socialista Th.J.A.M. van Lier. Al final de la guerra, van Lier había sido
diputado laborista antes de pasar a dirigir el servicio secreto ilegal
Albrecht, función que le valió ser arrestado ulteriormente.
Se estima que bajo la dirección de van Lier, el
presupuesto anual de I&O se elevaba a unos 3 millones de florines. Pero los
servicios se desarrollaron rápidamente mientras se intensificaba la cooperación
entre las dos secciones. Se ignora quién asumió el mando del Gladio neerlandés
entre los años 1980 y 1990.
Y, en efecto, es que no se ha levantado el secreto sobre
la identidad de los comandantes porque son personas que probablemente siguen
vivas y que aún ejercen alguna responsabilidad.
Al igual que la sección O, la sección I también sufrió
profundas modificaciones en 1962. Como sucesor de Somet y van Lynden, van
Borssum Buisman asumió sus funciones a la cabeza del servicio en marzo de 1962.
Con su bigote y su cabello rubios, este alto oficial de
caballería era para muchos el prototipo del holandés. Durante la Segunda Guerra
Mundial había sido oficial de enlace entre los servicios secretos neerlandeses
BI (Bureau Inlichtigen) y la organización de resistencia OD (Ordedienst),
dirigida por P.J. Six.
En febrero de 1944 fue capturado por el enemigo e
internado sucesivamente en varias cárceles alemanas. Fue torturado varias veces
sin que revelara nunca la identidad de los miembros de la resistencia
neerlandesa. Condenado a muerte por los nazis, logró saltar del tren en marcha
que lo llevaba a Alemania. Herido, logró volver a su país y ponerse nuevamente
en contacto con Six, todo lo cual le valió que algunos alemanes lo consideraran
el mejor agente secreto de los Países Bajos.
Garrelt van
Borssum Buisman (1915-1991). Dirigió el
Gladio neerlandés de 1962 a 1970.
Después del armisticio, van Borssum Buisman no renunció a
la actividad clandestina. Fue enviado por algún tiempo a Ceilán, donde esperó
en vano con su unidad de élite para ser desplegado en Indonesia. De regreso a
los Países Bajos, el primer comandante de la sección I, Somer, lo reclutó para
la red stay-behind.
Bajo la dirección de van Lynden, Buisman ocupó el cargo
de comandante segundo del SAZ. Entre sus principales funciones se hallaba la
elaboración de rutas de evasión entre los Países Bajos y la España franquista a
través de Bélgica y Francia. Buisman reclutaba y formaba agentes a lo largo de
sus itinerarios, a menudo neerlandeses que vivían en Francia o franceses que
habían vivido en los Países Bajos.
Asumió el mando de la sección I hasta que se retiró, en mayo
de 1970. Falleció en febrero de 1990, a los 77 años. Al descubrirse la
existencia de los ejércitos secretos, en 1990, se reveló que el sucesor de
Buisman había sido un tal J.W.A. Bruins, quien dirigió el servicio desde mayo de
1970 hasta diciembre de 1981. No se dieron a conocer los nombres de los últimos
comandantes del I&O, que posiblemente siguen vivos.
Durante los ejercicios, los agentes tenían que utilizar
su nombre de código para comunicar entre sí.
"El entrenamiento tenía que hacerse únicamente
durante nuestro tiempo libre", explicó un ex agente del ejército secreto.
"Con nuestro instructor, elaborábamos un programa
específico. Había que ir a diferentes lugares de formación. No era el tipo de
cosa que se improvisa así en el granero. El entrenamiento no podía hacerse a
intervalos regulares, porque podía levantar sospechas", agregó.
A veces había problemas de motivación: "El problema
es que había que prepararse para algo que podía suceder cuando más en una
decena de años", recordaba un ex miembro del Gladio.
"Así que la motivación había que mantenerla como una
especie de fe. Sobre todo, en los periodos de distensión y de coexistencia
pacífica. En esos momentos era especialmente difícil. El otro bando [los
comunistas] también practicaba una guerra sicológica. Había que mantener la
vigilancia de los instructores a través de una información factual [sobre los
peligros del comunismo] que ellos les transmitían después a sus agentes en el
terreno."
La misteriosa sección O era la más confidencial de las
dos ramas que componían la red I&O. Hoy en día existe aún muy poca
información sobre ella.
"La diferencia entre I y O es que O no debía tener
ninguna 'existencia'. Era algo muy distinto", explicó un ex responsable a
raíz de las revelaciones de 1990 sobre el Gladio.
Durante los entrenamientos del ejército secreto
neerlandés, los agentes de la sección O expresaban cierto sentimiento de
superioridad ante sus colegas de la sección I, con quienes se negaban incluso a
compartir durante las veladas que seguían a las sesiones de trabajo.
"Se consideraban a menudo como la crema de la crema,
[como] la gente a quien se le daría el trabajo serio en caso de ocupación".
Para disimular al máximo la existencia de la sección O,
todos los contactos con representantes del Estado neerlandés eran a través de
agentes de la sección I, lo cual no era del agrado de estos últimos. La rama O
se financiaba en parte con fondos privados, sobre todo de firmas
transnacionales, y de la CIA. Pero también recibía fondos públicos que figuraban
en el presupuesto de I.
Los poquísimos funcionarios del ministerio de Defensa que
tenían conocimiento de la existencia de la sección I estimaban erróneamente, lo
que indignaba a van Lynden, que aquel ejército secreto era demasiado oneroso.
"Aquello (O) se parecía un poco a un monasterio de
la Edad Media", comenta un ex agente de la sección I. "No estaban
autorizados a verse y todo el mundo se quedaba obedientemente sentado en su
celda."
Si la sección O necesitaba una prensa, explosivos o
cualquier otra cosa, era a través de I que tenía que conseguirlo.
En ese caso, se le informaba a I el lugar donde había que
entregar el material, que generalmente venía de Inglaterra. Un camión militar
transportaba entonces el cargamento hasta un lugar previamente establecido,
donde los agentes de la sección O tomaban posesión del envío. Ante cualquier
problema eran los servicios secretos oficiales neerlandeses los que pagaban los
platos rotos ya que no se podía reconocer oficialmente la existencia de I ni la
de O.
Durante los años 1980, varios escondites de armas de la
red stay-behind fueron descubiertos de forma accidental en diferentes lugares
de los Países Bajos. En 1983, el ministro de Defensa J. de Rujiter tuvo que dar
explicaciones ante las cámaras de televisión por el descubrimiento de un
misterioso almacén de armas en Rozendaal. Pidió a los periodistas algún tiempo
para realizar una investigación interna y sus servicios le proporcionaron los
detalles.
Así que todo el mundo en el BVD trató de enterarse de cuáles
de sus colegas disponían de ese tipo de escondites de armas y la versión que se
dio a los empleados del servicio fue que los verdaderos responsables eran una
unidad secreta llamada I, lo cual era una mentira más ya que todo aquel
armamento pertenecía en realidad a la unidad de acción clandestina y sabotaje
O.
"Mientras que I era un servicio políticamente
independiente, O era conocido como más orientado ideológicamente",
atestiguó un ex agente neerlandés, sugiriendo que la sección O era un grupo
anticomunista armado, como el SDRA 8 en la vecina Bélgica.
Pero eso no quiere decir que O fuese un grupo que
realizaba acciones anticomunistas ilegales, afirmó uno de sus ex miembros.
"Basábamos nuestro combate en la defensa de los
valores inscritos en la Constitución" agregó.
El especialista neerlandés en operaciones stay-behind
Paul Koedijk descubrió que las unidades O se habían especializado, en tiempo de
paz, en lo que llamaban operaciones de "inmunización" de ciudadanos
neerlandeses.
"Estaba muy claro contra qué había que inmunizar a
los ciudadanos: el comunismo en todas sus formas."
En el marco de su lucha ideológica, la sección O
desplegaba una propaganda de calumnias e inventaba historias destinadas a
desacreditar a los comunistas y tenía, por lo tanto, su propia de red de
imprentas.
"La opinión que compartían los miembros de la
sección O era que una ocupación soviética sería en muchos sentidos peor que la
[ocupación] de los nazis", recuerda un ex agente, "porque incluso los
pocos valores que aún respetaban los alemanes, como la familia y la religión,
se verían amenazados bajo una ocupación soviética. Nosotros esperábamos cambios
radicales".
A finales de 1990, cuando el primer ministro italiano
Giulio Andreotti reveló la existencia en toda Europa Occidental de una serie de
ejércitos secretos anticomunistas, el escándalo llegó hasta los Países Bajos.
Un ex miembro del Gladio neerlandés bromeó: "Nosotros
también estamos sorprendidos de haber podido trabajar durante tanto tiempo sin
que nadie nos molestara".
En una carta dirigida al Parlamento el 13 de noviembre de
1990, el primer ministro demócrata cristiano Ruud Lubbers - en el cargo desde
1982 - confirmaba que los Países Bajos disponían, en efecto, de un ejército
secreto, un "grupo conformado de civiles y militares", y que aquel
ejército seguía activo.
Lubbers afirmaba que "esa organización no ha estado
nunca bajo el control de la OTAN" y, mencionando la función clásica de las
redes stay-behind, precisaba que,
"los contactos con otros países miembros de la OTAN,
algunos de los cuales habían creado estructuras similares, se limitaban, en lo
que concierna a los neerlandeses, a estudiar cómo podían alcanzarse los
objetivos fijados".
Parlamentarios de la mayoría y de la oposición estuvieron
de acuerdo en que aquella carta no proporcionaba una explicación válida.
Algunos recordaban el descubrimiento, en los años 1980,
de misteriosos escondites de armas que contenían granadas, fusiles
semiautomáticos, armas automáticas, municiones y explosivos y solicitaron un
complemento de información sobre su posible relación con el ejército secreto.
Otros parlamentarios reprocharon al gobierno el no haber
informado la existencia de aquella organización a la comisión parlamentaria a
cargo de los servicios de inteligencia y seguridad, a pesar de que sus miembros
estaban obligados a mantener el secreto.
Relus ter
Beek (1944-2008). Como ministro laborista de Defensa, organizó
la disolución oficial del Gladio.
Poco tiempo después, Lubbers y su ministro de Defensa
Relus Ter Beek informaron, por lo tanto, por vez primera, a la Comisión sobre
la red stay-behind I&O y, horas después, el primer ministro se presentó
ante el Parlamento. Confirmó que los arsenales clandestinos descubiertos en los
años 1980 pertenecían, en efecto, al ejército secreto. Subrayó que la
organización stay-behind neerlandesa era responsable ante el primer ministro, o
sea él mismo, y ante el ministro de Defensa, Ter Beek.
"Los sucesivos primeros ministros y ministros de
Defensa siempre prefirieron no poner al tanto a los demás ministros ni al
Parlamento".
El primer ministro se enorgulleció del hecho que cerca de
30 ministros hubiesen sabido proteger el secreto, mientras que varios miembros
del Parlamento veían en ello esencialmente una violación de la Constitución de
los Países Bajos. Muchos diputados no rechazaban el principio mismo de los
preparativos stay-behind en previsión de una situación de urgencia, pero no
podían aceptar el hecho de haber sido engañados.
El laborista
Maaseik van Draa declaró en nombre de su grupo: "Necesitamos más
aclaraciones sobre el tipo de estructuras de que se trata y en qué medida han
colaborado o aún colaboran con la OTAN".
Ton Frinking, de la mayoría demócrata-cristiana también
pidió más información sobre los vínculos de la red Gladio con la OTAN.
Precisó que recientemente había oído a los belgas
reconocer públicamente que habían presidido la última conferencia secreta
stay-behind.
"La pregunta es: ¿Qué significa concretamente esa
presidencia belga?", preguntó Frinking.
Lubbers tuvo que reconocer que el ejército secreto de los
Países Bajos seguía siendo miembro de aquel comité clandestino de la OTAN
encargado de la coordinación de las redes stay-behind de Europa Occidental.
Hans Dijkstal, de la oposición liberal, declaró: "Lo
que me inquieta no es tanto que haya existido algo así o que todavía exista. El
verdadero problema es que el Parlamento no lo haya sabido hasta la tarde de
ayer".
Cuando algunos parlamentarios quisieron conocer la lista
de miembros del ejército secreto, Lubbers les respondió que él mismo no la
conocía.
Algunos estimaron que esa respuesta contradecía sus
anteriores declaraciones, en las que acababa de confirmar su propia
responsabilidad y la del ministro de Defensa en la supervisión de los ejércitos
secretos.
Pero Lubbers subrayó que era tan grande la necesidad de
mantener aquello en secreto que hubiese sido, "extremadamente peligroso
que el primer ministro (…) tuviese que investigar personalmente sobre cada uno
de ellos"].
Ante las insistentes preguntas de los parlamentarios,
Lubbers se vio obligado a reconocer que varios miembros del ejército secreto
neerlandés habían participado hacía poco en un entrenamiento en Cerdeña, en el
cuartel general del Gladio italiano. I&O, la red stay-behind neerlandesa
fue disuelta oficialmente en 1992. Pero este documento del ministerio
neerlandés de Asuntos Generales demuestra que la rama O fue financiada a través
de la Fundación Quia Opportet (que significa en latín "Por si acaso")
desde 1992 hasta 2002.
No hubo, en definitiva, investigación parlamentaria ni
informe público y no fue hasta abril de 1992 que el ejército secreto neerlandés
fue finalmente desmantelado.
El ministro de Defensa Relus Ter Beek dirigió a los
guerreros de la sombra una carta agradeciéndoles los servicios prestados al
país.
Pero los fantasmas del pasado resurgieron en 1993, cuando
un tribunal de La Haya condenó a un hombre de 38 años a 3 años de cárcel.
Comparecían junto a él un mayor del ejército neerlandés, de 44 años, quien
también fue encontrado culpable de haber chantajeado en 1993 a Nutricia, un
fabricante de alimento para bebés, por una suma de 5 millones de florines.
Los abogados defensores subrayaron que los acusados eran
miembros de la organización stay-behind creada por los servicios secretos de
los Países Bajos y en otros países de Europa. El mayor afirmó en su defensa
que, en el pasado, los agentes stay-behind arrestados por la policía se
hallaban bajo la protección de un acuerdo existente entra las instancias
judiciales y el ministerio de Defensa y que, en virtud de ese acuerdo, estaban
al abrigo de toda acción judicial. Afirmó también que muchas misiones del
Gladio habían fracasado en el pasado sin que ninguno de los implicados fuese
enviado a los tribunales, señalando así que los miembros neerlandeses del
Gladio habían actuado fuera de todo control o marco legal.
El oficial no precisó de qué tipo de misiones hablaba.
En este memorándum de la Dirección de Operaciones del
Ejército neerlandés, fechado en abril de 1998, se indica que ante la
posibilidad de un "conflicto a gran escala" se han tomado medidas
para garantizar el funcionamiento del stay-behind, identificado como I&O.
En el momento de la redacción del documento hacía 7 años
que la URSS se había desintegrado y hacía 6 años que el Gladio estaba
oficialmente disuelto. Pero ahora existe la Organización de la OTAN, la red de
agentes durmientes que se despertaron y están preparados para entrar en acción
en caso de que los rusos invadieran Europa Occidental (esa red todavía existe
actuando en la OTAN, quien fomento la «inestabilidad política en Ucrania».
Creando una red paramilitar secreta neonazi para sembrar el caos en Kiev para
no ser susceptible de caer en la órbita Rusia. Y acusar a Rusia de todo el caos
que está ocurriendo en Ucrania y Europa. Por eso la OTAN comenzó a desplegar
las tropas de todas las naciones de la Alianza para prepararse con el
enfrentamiento con la guerra con Rusia ante las posibilidades que las fuerzas
de Ucrania pierdan la guerra.
FIN
Si deseas Ver... Las Redes stay-behind de la OTAN en los Estados Europeos. -Parte 1-, has clic Aquí