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domingo, 10 de agosto de 2025

EN LA BÚSQUEDA DE UN ESTADO LIBRE

 

A finales del siglo XIX, surgió un movimiento conocido como sionismo para establecer un estado judío en Palestina, entonces un territorio bajo el Imperio Otomano. Como resultado de la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano se disolvió y Gran Bretaña y Francia conspiraron para repartirse el botín territorial de la guerra. Los británicos se convirtieron en la potencia ocupante de Palestina. La Sociedad de Naciones emitió un mandato que reconocía a Gran Bretaña como tal. Durante la guerra, los británicos prometieron a las naciones árabes su independencia a cambio de su cooperación para derrotar a los turcos otomanos. Al mismo tiempo, declararon su apoyo al objetivo del sionismo de establecer un "hogar nacional" para el pueblo judío y permitieron la inmigración judía a Palestina. Los objetivos sionistas no agradaron a la mayoría de los habitantes árabes de Palestina. Los estados árabes propusieron que se reconociera la independencia de Palestina y que se estableciera un gobierno democrático que incluyera a representantes de la minoría judía. Pero esta solución del conflicto entre Israel y Palestina fue rechazada tanto por los sionistas como por los británicos, cuyos respectivos líderes reconocieron que el proyecto sionista sólo podía llevarse a cabo por la fuerza de las armas.

A medida que continuaba la inmigración judía y los árabes eran desplazados de sus tierras, comenzaron a estallar violentos enfrentamientos entre ambas comunidades. En 1921, por ejemplo, los árabes se amotinaron y atacaron a las comunidades judías, y en 1929, masacraron judíos en Hebrón. Las organizaciones terroristas sionistas atacaron no solo a los árabes, sino también a los británicos, como en el atentado contra el Hotel King David en 1946. Ese ataque fue perpetrado por el Irgún, cuyo líder, Menachem Begin, se convertiría posteriormente en primer ministro de Israel.

Tras la Segunda Guerra Mundial, los británicos, incapaces de conciliar sus políticas y compromisos contradictorios, solicitaron que la recién formada Organización de las Naciones Unidas se ocupara del asunto. Esto resultó en la creación de la Comisión Especial de la ONU para Palestina. Los miembros de la comisión, que no incluía representantes de ningún estado árabe, rechazaron explícitamente el derecho a la autodeterminación de la población. Aunque los estados árabes reiteraron su propuesta de solución democrática, esta fue rechazada nuevamente. La comisión, en cambio, recomendó dividir Palestina en dos.

Según su plan de partición, más de la mitad del territorio pasaría a manos de la minoría judía, que poseía tan solo el siete por ciento de la tierra (mientras que el 85 por ciento pertenecía a los árabes). La Asamblea General aprobó una resolución en 1947 recomendando la implementación del plan de partición de la comisión. Naturalmente, los árabes rechazaron el plan.

Contrariamente a la creencia popular, Israel no fue creado por la ONU. Israel nació el 14 de mayo de 1948, cuando los líderes sionistas declararon unilateralmente su existencia. Los estados árabes vecinos se alzaron en armas contra el recién declarado Estado en la guerra conocida por los israelíes como la «Guerra de la Independencia» y por los árabes como la «Nakba» o «Catástrofe».

Durante la guerra, 700.000 árabes fueron expulsados de sus hogares o huyeron por temor a nuevas masacres, como la ocurrida en la aldea de Deir Yassin poco antes de la declaración sionista. Esta limpieza étnica de Israel es la causa fundamental del problema de los refugiados palestinos, del que tanto se habla hoy en día. Si bien su derecho al retorno está garantizado por el derecho internacional, Israel se ha negado a permitir que quienes huyeron y sus descendientes regresen a lo que legítimamente les pertenece. Esta es también la razón por la que los palestinos hoy no reconocen que Israel tiene derecho a existir.

Otro acontecimiento decisivo ocurrió en junio de 1967, cuando Israel lanzó un ataque sorpresa contra Egipto (entonces la República Árabe Unida). Tal fue la superioridad de la fuerza armada israelí que la guerra duró solo seis días, durante los cuales Israel invadió y ocupó los territorios palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza.

Como resultado de la guerra, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 242, que enfatizó la inadmisibilidad de la adquisición de territorio mediante la guerra y exigió a Israel que se retirara de los territorios que había ocupado. Hoy en día, Cisjordania permanece bajo ocupación israelí. Israel continúa demoliendo viviendas palestinas y construyendo asentamientos judíos, violando el derecho internacional y numerosas resoluciones de la ONU.

En cuanto a Gaza, Israel se retiró en 2005, pero desde entonces la ha sitiado, permitiendo solo la ayuda necesaria para evitar una catástrofe humanitaria a gran escala, mientras mantiene a los gazatíes en un estado de miseria y desesperación perpetua.

Luego, el 27 de diciembre de 2008, Israel lanzó un ataque militar a gran escala contra Gaza, denominado Operación Plomo Fundido, durante el cual el ejército israelí desató una lluvia de muerte y destrucción sobre la indefensa población civil y la infraestructura de Gaza.

La razón por la que esta situación sigue continuando es simple: Estados Unidos apoya incondicionalmente a Israel. Un ejemplo ilustrativo fue desde el inicio de la administración de Bush, Obama, de que, si Israel no ponía fin a la actividad de asentamientos, no sufriría consecuencias. El apoyo estadounidense continuaría de todas formas. Ese mensaje fue perfectamente comprendido por el gobierno de Netanyahu en Israel.

La política estadounidense debe entenderse y juzgarse por los hechos, no por la retórica. El hecho es que Estados Unidos apoya las violaciones israelíes del derecho internacional financieramente (más de 3.000 millones de dólares anuales), militarmente (aviones F-16 de fabricación estadounidense, helicópteros artillados Apache y municiones de fósforo blanco utilizadas durante la Operación Plomo Fundido, por ejemplo) y diplomáticamente (como el uso del veto por parte de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU).

El conflicto entre Israel y Palestina (por ejemplo, se utilizaron municiones durante la Operación Plomo Fundido) y diplomáticamente (como el uso del veto por parte de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU).

La solución más práctica y equitativa al conflicto se reconoce desde hace décadas. Existe un consenso internacional sobre la solución de dos Estados, aceptada desde hace tiempo por la parte palestina. La razón por la que esta solución no se ha implementado, es sencilla: Se debe a que las políticas de rechazo de Israel y Estados Unidos impiden que se implemente.

La política israelí continuará mientras cuente con el respaldo de Estados Unidos y esa política estadounidense continuará mientras el pueblo estadounidense lo permita. Una paz justa y duradera en Oriente Medio es posible. Es simple. Hay una opción.

Judíos y árabes siempre han estado en conflicto en la región.

Aunque los árabes eran mayoría en Palestina antes de la creación del Estado de Israel, siempre hubo población judía. En su mayoría, los judíos palestinos se llevaban bien con sus vecinos árabes.

Esto comenzó a cambiar con el surgimiento del movimiento sionista, ya que estos rechazaron el derecho de los palestinos y querían a Palestina para sí mismos, para crear un "Estado judío" en una región donde los árabes eran mayoría y poseían la mayor parte del territorio. Por ejemplo, cuando Palestina estaba ocupada por los británicos «no existía antisemitismo en el país, ni racial ni religioso». Más bien, los ataques árabes contra las comunidades judías fueron el resultado de los temores árabes sobre el objetivo declarado de los sionistas de apoderarse del territorio.

Antes de la Primera Guerra Mundial, «judíos y árabes convivían, en amistad, con tolerancia, y hoy es casi desconocida esas actitudes en Medio Oriente». El problema radica en que «el pueblo árabe de Palestina está hoy unido en su exigencia de un gobierno representativo», pero los sionistas y sus benefactores británicos les negaba ese derecho.

La propia ONU no tiene la autoridad para arrebatar el territorio a un pueblo y entregárselo a otro, ni sacar resoluciones con la intención de pretender dividir Palestina y eso habría sido inválida.

A los árabes le han quitaron la oportunidad de tener su propio estado en 1947. La recomendación de la ONU de dividir Palestina desde un principio fue rechazada por los árabes y a causa de ello perdieron la "oportunidad" de tener su propio estado.

En primer lugar, los árabes eran una gran mayoría en Palestina en ese momento, y los judíos representaban aproximadamente un tercio de la población para entonces, debido a la gran inmigración masiva de judíos europeos (en 1922, durante la ocupación británica los judíos representaban sólo alrededor del 11 % de la población). Durante los años 1945, los árabes poseían más propiedades de tierras que los judíos en todos los distritos de Palestina. Jaffa ostentaba el mayor porcentaje de tierras en manos de judíos y en cambio en otros distritos, los árabes poseían una porción aún mayor. En toda Palestina, los árabes poseían el 85% de la tierra, mientras que los judíos poseían menos del 7%, situación que se mantuvo hasta la creación de Israel.

A pesar de estos hechos, la ONU exigía la recomendación de la partición de más de la mitad de las tierras de Palestina fuera entregada a los sionistas para su "Estado judío". No obstante, ningún árabe aceptaría una propuesta tan injusta y menos que se les arrebaten sus tierras.

En un principio el plan de partición fue rechazado por muchos líderes sionistas. En cambio, quienes apoyaban esa idea se encontraba David Ben-Gurión, quien su objetivo era de adquirir toda Palestina para un "Estado judío", y él sabía que podría lograr finalmente más tarde en un futuro cercano mediante la fuerza de las armas.

Años antes de la partición, el mismo Ben-Gurión había argumento que "después de que nos convirtamos en una fuerza poderosa, como resultado de la creación de un Estado, aboliremos la partición y nos expandiremos a toda Palestina". Argumentando que debía aceptarse la partición y de esa manera se podría "preparar el terreno para la expansión sobre toda Palestina". El Estado judío entonces "tendría que preservar el orden", si los árabes no accedían, "con ametralladoras, si fuera necesario".

(Ben-Gurión desempeñó un papel central en la redacción de la Declaración de Independencia de Israel, proclamando el establecimiento del Estado Judío el 14 de mayo de 1948. Durante la guerra árabe-israelí de 1947-1949, formó las Fuerzas de Defensa de Israel de las diversas milicias judías; con la finalidad de la expulsión y desplazamiento de la mayoría de la población árabe palestina. Ben-Gurión fue uno de los fundadores de Israel y él fue quien sentó las bases del estado judío. Dirigió el Estado de Israel como primer ministro entre 1948 y 1953, y nuevamente entre 1955 y 1963 y, fue ministro de Defensa durante).

¿Israel tiene "derecho a existir?

De hecho, la legitimidad es ilustrativo, al igual hecho de que se exija a los palestinos que reconozcan el "derecho a existir" de Israel, mientras que no se exige a los israelíes que reconozcan el "derecho a existir" de un Estado Palestino. Las naciones no tienen derechos, sino las personas y es el derecho de todos los pueblos a la autodeterminación.

Los árabes no han negado ese derecho a los judíos, sino los judíos quienes se lo han negado a los árabes. La terminología del "derecho a existir" de Israel se emplea constantemente para ofuscar este hecho.

Israel no fue creado por la ONU, sino que se creó el 14 de mayo de 1948, cuando los líderes sionistas, de forma unilateral y sin autoridad legal, declararon la existencia del Estado de Israel. Inclusive formaron su nuevo Estado sin especificar la extensión de sus tierras ni fronteras. En ese momento, los sionistas declararon que los árabes ya no eran dueños de su tierra y ahora pertenecía a ellos. A partir de allí, mayoría de los árabes de Palestina eran considerados ciudadanos de segunda clase en el nuevo "Estado judío".

Los árabes, se opusieron a este acontecimiento, y a partir de ese momento los países árabes vecinos le declararon la guerra al régimen sionista para evitar tan grave injusticia contra la mayoría de los habitantes de Palestina.

Cabe destacar que los sionistas no tenían derecho a la mayor parte del territorio como declara Israel, mientras que los árabes sí lo tenían por derecho. Por lo tanto, esta guerra en Medio Oriente no fue, como afirman los medios de comunicación, de actos de agresión de los estados árabes contra Israel. Más bien, los árabes actuaban en defensa de sus derechos para impedir que los sionistas se apropiaron ilegalmente e injustamente de sus tierras y le privaran de sus derechos como población originario árabe. Este acto de declaración de la existencia de Israel fue una agresión por parte de los líderes sionistas, y utilizar la violencia para imponer sus objetivos, tanto antes como después de dicha declaración. Durante la guerra de expansión de su territorio, Israel implementó una política de limpieza étnica. Los árabes fueron obligados a abandonar sus hogares o huyeron por temor a las masacres que estaba realizando los judíos. A los palestinos nunca se les ha permitido regresar a sus hogares y tierras, a pesar de que está reconocido internacionalmente y codificado en el derecho internacional que estos refugiados tienen un “derecho al retorno” inherente.

Los palestinos nunca aceptarán la exigencia de Israel y su principal benefactor, Estados Unidos, de reconocer el "derecho a existir" de Israel.

Al hacerlo Estados Unidos, estaría afirmando que Israel tenía "derecho" a ocupar territorio árabe, mientras que los árabes no tenían derecho a su propia tierra. Con esta afirmación Israel tendría el "derecho" a realizar una limpieza étnica en Palestina, mientras que los árabes no tendrían el derecho a la vida, la libertad ni la propia paz en sus propios hogares, en su propia tierra.

Con el pretexto del holocausto y con el constante discurso del "derecho a existir" tiene un propósito específico, en ocultar la verdadera realidad de que son los judíos quienes han negado el derecho árabe a la autodeterminación, y no al revés, y, de ese modo, intentar legitimar los crímenes israelíes contra los palestinos, tanto históricos como contemporáneos.

Después de la declaración de Israel y su expansión territorial desde 1967 – 1973, las naciones árabes amenazaron a Israel con su aniquilación. En realidad, Israel fue quien inicio el primer disparo de la "Guerra de los Seis Días". Esa mañana temprana del 5 de junio, Israel lanzó sus cazas en un ataque sorpresa contra Egipto (entonces la República Árabe Unida) y diezmó con éxito la fuerza aérea egipcia mientras la mayoría de sus aviones aún estaban en la pista.

En ese momento no existía ninguna amenaza egipcia, pero si existía una superioridad egipcia con aviones superiores y avanzados (rusos). Sin embargo, nunca hubo una amenaza, de hecho, si lo hubiera la fuerza aérea hubiera barrido a Israel. En definitiva, Israel atacó sin la existencia de la posibilidad de una amenaza inminente de agresión por parte egipcia contra Israel.

Por eso nos encontramos con la retórica belicosa occidental que el presidente Nasser, bloqueo del Estrecho de Tirán, trasladando sus tropas a la península del Sinaí con la intención de expulsar a las fuerzas de paz de la ONU de su lado de la frontera y eso constituyó colectivamente una amenaza inminente. Por otro lado, la inteligencia estadounidense como la israelí evaluaron en la probabilidad de un ataque de Nasser era baja. La CIA calculó que Israel tenía una superioridad abrumadora en fuerza armada y que, en caso que sucediera una guerra, derrotaría fácilmente a fuerzas árabes en dos semanas; en cambio si Israel atacaba primero, en una semana lo derrotaría y fue lo que finalmente ocurrió.

Hay que tener presente que Egipto había sido víctima de la agresión de los británicos, franceses e israelíes en la "Crisis de Suez" de 1956, tras la nacionalización egipcia del Canal de Suez. En esa guerra, las tres naciones agresoras conspiraron para declarar la guerra a Egipto, lo que resultó en la ocupación israelí de la península del Sinaí. Pero luego, bajo presión del gobierno estadounidense, Israel se retiró del Sinaí en 1957, pero Egipto no había olvidado la agresión israelí. Además, Egipto había formado una alianza flexible con Siria y Jordania, y cada una se comprometía a ayudar a la otra en caso de una guerra con Israel. Jordania había criticado a Nasser por no cumplir esa promesa tras el ataque israelí a la aldea cisjordana de Samu, y su retórica fue un claro intento de recuperar prestigio en el mundo árabe. Que la postura de Nasser fuera defensiva, en lugar de proyectar una intención de lanzar una ofensiva contra Israel, era bien conocido entre israelíes prominentes. La concentración egipcia en el Sinaí carecía de un plan ofensivo claro, y las instrucciones defensivas de Nasser asumían explícitamente que Israel atacaría primero.

El primer ministro israelí, Menachem Begin, reconoció: «En junio de 1967, volvimos a tener una opción. La concentración del ejército egipcio en las inmediaciones del Sinaí no prueba que Nasser estuviera realmente a punto de atacarnos. Debemos ser honestos con nosotros mismos. Entonces decidimos atacarle.

Yitzhak Rabin, quien posteriormente se convertiría en primer ministro de Israel, admitió en 1968: No creo que Nasser quisiera la guerra. Las dos divisiones que envió al Sinaí no habrían sido suficientes para lanzar una guerra ofensiva. Él lo sabía y nosotros lo sabíamos. Los israelíes también han reconocido que su propia retórica de entonces sobre la «amenaza» de «aniquilación» por parte de los estados árabes era pura propaganda.

El general Chaim Herzog, comandante general y primer gobernador militar de la Cisjordania ocupada tras la guerra, admitió: «No había peligro de aniquilación. El cuartel general israelí nunca creyó en este peligro».

El general Ezer Weizman afirmó de forma similar: Nunca existió peligro de exterminio. Esta hipótesis nunca se había considerado en ninguna reunión sería.

El jefe de Estado Mayor, Haim Bar-Lev, reconoció: No nos amenazaron con genocidio en vísperas de la Guerra de los Seis Días, y nunca habíamos considerado tal posibilidad».

El ministro israelí de Vivienda, Mordechai Bentov, también reconoció que «toda la historia del peligro de exterminio fue inventada en detalle y exagerada a posteriori para justificar la anexión de nuevo territorio árabe.

En 1973, en lo que los israelíes denominan la «Guerra del Yom Kipur», Egipto y Siria lanzaron una ofensiva sorpresa para recuperar el Sinaí y los Altos del Golán, respectivamente. Esta acción conjunta se describe popularmente en los relatos contemporáneos como una «invasión» o un acto de «agresión» contra Israel.

Sin embargo, como ya se ha señalado, tras la guerra de junio de 1967, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 242, instando a Israel a retirarse de los territorios ocupados. Israel, se negó a hacerlo y desde entonces ha seguido violando constantemente el derecho internacional. Durante la guerra de 1973, Egipto y Siria "invadieron" su propio territorio, hasta ese entonces ocupado ilegalmente por Israel. Los árabes actuaban en defensa de sus derechos contra los sionistas quienes se apropiaron ilegal e injustamente de sus tierras. Mientras los medios de comunicación describían esta guerra como un acto de agresión árabe presupone implícitamente que la península del Sinaí, los Altos del Golán, Cisjordania y la Franja de Gaza eran territorio israelí. Esta falsa demuestra la naturaleza absolutamente prejuiciosa y sesgada de los comentarios dominantes occidentales sobre el conflicto árabe-israelí. Esta falsa narrativa encaja con la narrativa general, igualmente falaz, de Israel como la "víctima" de la intransigencia y la agresión árabes. Esta narrativa, en gran medida incuestionada en Occidente, invierte la realidad.

Sin embargo, en la devastadora guerra israelí de 1982 contra el Líbano, esa ofensiva militar se llevó a cabo sin apenas un pretexto. Esa guerra se libró en respuesta a los constantes bombardeos del norte de Israel por parte de la OLP, entonces con sede en el Líbano, lo cierto es que, a pesar de las continuas provocaciones israelíes, la OLP, con solo algunas excepciones, respetó el alto el fuego vigente. Es más, en cada uno de esos casos, fue Israel quien primero violó el alto el fuego. Entre las provocaciones israelíes, a principios de 1982, atacó y hundió barcos pesqueros libaneses, además de cometer cientos de violaciones de las aguas territoriales libanesas. Cometió miles de violaciones del espacio aéreo libanés, pero nunca logró provocar la respuesta de la OLP, que pretendía servir de casus belli para la planeada invasión del Líbano.

El 9 de mayo, Israel bombardeó el Líbano, finalmente en respuesta la OLP realizo lanzamientos de cohetes y artillería contra Israel. Posteriormente, un grupo terrorista liderado por Abu Nidal intentó asesinar al embajador israelí Shlomo Argov en Londres. Aunque la propia OLP había estado en guerra con Abu Nidal, quien había sido condenado a muerte por un tribunal militar de Fatah en 1973, y a pesar de que Abu Nidal no residía en el Líbano, Israel citó este suceso como pretexto para bombardear los campos de refugiados de Sabra y Chatila, matando a 200 palestinos. La OLP respondió bombardeando asentamientos en el norte de Israel. Sin embargo, Israel no logró provocar la respuesta a gran escala que buscaba utilizar como casus belli para su planeada invasión.

Como otro ejemplo, tomemos la Operación Plomo Fundido de Israel, del 27 de diciembre de 2008 al 18 de enero de 2009. Antes del ataque israelí contra la población indefensa de la Franja de Gaza, Israel había firmado un acuerdo de alto el fuego con la autoridad gobernante, Hamás. Contrariamente, fue Israel, no Hamás, quien puso fin al alto el fuego. El pretexto para la Operación Plomo Fundido se describe obligatoriamente en los medios occidentales como los "miles" de cohetes que Hamás había estado disparando contra Israel antes de la ofensiva, violando el alto el fuego.

Lo cierto es que desde el inicio del alto el fuego en junio hasta el 4 de noviembre, Hamás no disparó ningún cohete, a pesar de las numerosas provocaciones de Israel, incluyendo la intensificación de las operaciones en Cisjordania y los disparos de soldados israelíes contra los gazatíes al otro lado de la frontera, lo que resultó en varios heridos y al menos un muerto. El 4 de noviembre, fue nuevamente Israel quien violó el alto el fuego, con ataques aéreos y una invasión terrestre de Gaza que causó más muertes. Hamás finalmente respondió con lanzamiento de cohetes, y a partir de ese momento el alto el fuego se puso fin a la práctica, con ataques diarios de represalia de ambos bandos.

A pesar de la falta de buena fe de Israel, Hamás ofreció renovar el alto el fuego desde su vencimiento oficial en diciembre. Israel rechazó la oferta, prefiriendo infligir un castigo colectivo violento a la población de Gaza. Como señaló el Centro de Inteligencia e Información sobre Terrorismo de Israel, la tregua "trajo una relativa tranquilidad a la población del Néguev occidental", con 329 ataques con cohetes y morteros, "la mayoría de ellos durante el mes y medio posterior al 4 de noviembre", cuando Israel violó y puso fin a la tregua. Esto contrasta notablemente con los 2278 ataques con cohetes y morteros en los seis meses previos a la tregua. Hasta el 4 de noviembre, el centro también observó que "Hamás se cuidó de mantener el alto el fuego". Si Israel hubiera deseado seguir mitigando la amenaza de ataques con cohetes de militantes palestinos, simplemente no habría levantado el alto el fuego, que fue sumamente eficaz para reducir el número de tales ataques, incluyendo la eliminación de todos los ataques de Hamás. En su lugar, no habría recurrido a la violencia, lo que previsiblemente resultó en una amenaza considerablemente mayor de ataques con cohetes y morteros de represalia por parte de grupos militantes palestinos.

Además, incluso si Israel pudiera alegar que se habían agotado los medios pacíficos y que era necesario recurrir a una fuerza militar para actuar en defensa propia y defender a su población civil en el conflicto israelí-palestino, es evidente que no ocurrió eso. En cambio, Israel atacó deliberadamente a la población civil de Gaza con ataques sistemáticos, deliberados, desproporcionados e indiscriminados contra zonas residenciales, hospitales, escuelas y otros lugares protegidos por el derecho internacional. Como ha observado el respetado jurista internacional que dirigió la investigación de las Naciones Unidas sobre el ataque, Richard Goldstone, los medios por los que Israel llevó a cabo la Operación Plomo Fundido no fueron coherentes con sus objetivos declarados, sino que fueron más bien indicativos de un acto deliberado de castigo colectivo contra la población civil.

Por otro lado, nos encontramos con el derecho del Mito: Dios entregó la tierra a los judíos, pero esos territorios están ocupados por los árabes. De hecho, muchos judíos y cristianos están convencidos que Israel no pueda actuar mal, porque consideran que sus acciones están respaldadas por la mano de Dios y que sus políticas son, de hecho, la voluntad de Dios. Creen que Dios entregó la tierra de Palestina, incluyendo Cisjordania y la Franja de Gaza, al pueblo judío y, por lo tanto, Israel tiene el "derecho" de arrebatarsela por la fuerza a los palestinos, quienes, desde esta perspectiva, son los ocupantes injustos de la tierra. Pero uno puede simplemente recurrir a las páginas de sus propios libros sagrados para demostrar la falacia de esta u otras creencias similares. Los cristianos sionistas suelen citar pasajes de la Biblia como el siguiente para respaldar sus creencias sionistas:

“Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se separó de él: ‘Alza ahora los ojos y mira desde el lugar donde estás hacia el norte, el sur, el este y el oeste; porque toda la tierra que ves te la doy a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; de modo que, si un hombre puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia podrá ser contada. Levántate, recorre la tierra a lo largo y a lo ancho, porque yo te la doy a ti’” (Génesis 13:14-17).

Entonces Yahvé se le apareció y le dijo: “No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. Habita en ella, y yo estaré contigo y te bendeciré; porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y cumpliré el juramento que hice a Abraham tu padre.” (Génesis 26:1-3)

“Y he aquí, Yahvé estaba en lo alto de ella, y dijo: “Yo soy Yahvé, Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.” (Génesis 28:13)

Sin embargo, los cristianos sionistas ignoran convenientemente otros pasajes que proporcionan un mayor contexto para comprender este pacto, como el siguiente:

“Guardaréis, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y los ejecutaréis, para que la tierra a la que os llevo a morar no os vomite.” (Levítico 20:22)

“Pero si no me obedecen ni observan todos estos mandamientos… sino que rompen mi pacto… dejaré la tierra en desolación, y sus enemigos que la habitan se asombraran.

Los dispersaré entre las naciones y desenvainaré la espada tras ustedes; su tierra quedará desolada y sus ciudades desoladas… Perecerán entre las naciones, y la tierra de sus enemigos los devorará.” (Levítico 26:14, 15, 32-33, 28).

“Por lo cual Yahvé se enfureció con Israel y los apartó de su presencia; no quedó más que la tribu de Judá… Así que Israel fue llevado cautivo de su tierra a Asiria, como está hasta el día de hoy.” (2 Reyes 17:18, 23)

“Y después de que Israel hizo todas estas cosas, dije: ‘Vuelvan a mí’.

Pero ella no regresó. Y su pérfida hermana Judá lo vio. Entonces vi que, a pesar de todas las causas por las cuales la rebelde Israel había cometido adulterio, yo la había despedido y le había dado carta de divorcio; sin embargo, su pérfida hermana Judá no temió, sino que también fue y se prostituyó.” (Jeremías 3:7-8)

Sí, en la Biblia, Yahvé, el Dios de Abraham, Isaac e Israel, les dijo a los hebreos que la tierra podría ser suya si obedecían sus mandamientos. Sin embargo, como cuenta la Biblia, los hebreos fueron rebeldes contra Yahvé en todas sus generaciones.

Lo que los sionistas judíos y cristianos omiten en sus argumentos bíblicos a favor de la continua ocupación de Israel es que Yahvé también les dijo a los hebreos, incluyendo a la tribu de Judá (de la cual descienden los judíos), que los expulsaran de la tierra si rompían el pacto rebelándose contra sus mandamientos, que es precisamente lo que ocurre en la Biblia.

Por lo tanto, el argumento teológico a favor del sionismo no solo es un disparate desde un punto de vista secular, sino también una invención desde una perspectiva bíblica, lo que representa una continua rebeldía contra Yahvé y su Torá, y las enseñanzas de Yeshúa el Mesías (Jesús el Cristo) en el Nuevo Testamento.

Desde que Hamás llegó al poder en las elecciones palestinas de 2006. Sin embargo, el Hamás realmente ha aceptado durante años la realidad del Estado de Israel y ha demostrado su disposición a aceptar un Estado palestino en Cisjordania y la Franja de Gaza junto a Israel, en cambio los principales medios de comunicación occidentales están prácticamente obligados informando que Hamás rechaza la solución de dos Estados, e incluso hasta hoy, informando que Hamás rechaza la solución de dos Estados y que, en cambio, busca “destruir a Israel”.

De hecho, a principios de 2004, poco antes de ser asesinado por Israel, el fundador de Hamás, el jeque Ahmed Yassin, afirmó que Hamás podría aceptar un Estado palestino junto a Israel. Desde entonces, Hamás ha reiterado repetidamente su disposición a aceptar una solución de dos Estados. A principios de 2005, Hamás emitió un documento en el que declaraba su objetivo de buscar un Estado palestino junto a Israel y reconocer las fronteras de 1967.

Por otro lado, nos encontramos con un Estados Unidos declarando ser un intermediario honesto y ha buscado la paz en Oriente Medio. Esa retórica es aparte, Estados Unidos apoya las políticas de Israel, incluyendo su ocupación ilegal y otras violaciones del derecho internacional humanitario. Apoya las políticas criminales de Israel financieramente, militarmente y diplomáticamente.

El gobierno de Obama, por ejemplo, declaró públicamente que se oponía a la política de asentamientos de Israel y aparentemente "presionó" a Israel para que congelara las actividades de colonización. Sin embargo, desde el principio, el gobierno anunció que no recortarían la ayuda financiera ni militar a Israel, incluso si desafiaba el derecho internacional y continuaba la construcción de asentamientos. Ese mensaje fue perfectamente comprendido por el gobierno de Netanyahu en Israel, que continuó con sus políticas de colonización.

Para citar otro ejemplo claro, tanto la Cámara de Representantes como el Senado de Estados Unidos aprobaron resoluciones que declaraba abiertamente su apoyo a la Operación Plomo Fundido de Israel, a pesar del flujo constante de informes que evidenciaban crímenes de guerra por parte de los israelíes. El día que el Senado estadounidense aprobó su resolución “reafirmando el firme apoyo de Estados Unidos a Israel en su lucha contra Hamás” (8 de enero de 2009), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) emitió una declaración exigiendo que Israel le permitiera asistir a las víctimas del conflicto, ya que el ejército israelí había bloqueado el acceso a los palestinos heridos, lo que constituye un crimen de guerra según el derecho internacional. Ese mismo día, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, emitió una declaración condenando a Israel por disparar contra un convoy de ayuda humanitaria de la ONU que transportaba suministros a Gaza y por el asesinato de dos miembros del personal de la ONU, ambos considerados crímenes de guerra. La labor humanitaria en Gaza fue dificultosa, debido a los numerosos incidentes en los que su personal, convoyes e instalaciones, incluyendo clínicas y escuelas, fueron objeto de ataques israelíes.

Existía un apoyo financiero de Estados Unidos a Israel superior a los 3.000 millones de dólares anuales. Cuando Israel libró una guerra para castigar a la indefensa población civil de Gaza, sus pilotos volaron cazabombarderos F-16 y helicópteros artillados Apache de fabricación estadounidense, lanzando bombas de fabricación estadounidense, incluyendo el uso de municiones de fósforo blanco, en violación del derecho internacional.

El apoyo diplomático de Estados Unidos a los crímenes israelíes incluye el uso del poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Cuando Israel libraba una guerra devastadora contra la población civil y la infraestructura del Líbano en el verano de 2006, Estados Unidos vetó una resolución de alto el fuego.

Mientras Israel libraba la Operación Plomo Fundido, Estados Unidos retrasó la aprobación de una resolución que exigía el fin de la violencia y se abstuvo en lugar de criticar a Israel una vez que finalmente permitió que la resolución se sometiera a votación.

Cuando el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó oficialmente las conclusiones y recomendaciones de su investigación sobre crímenes de guerra durante la Operación Plomo Fundido, dirigida por Richard Goldstone, Estados Unidos respondió anunciando su intención de bloquear cualquier intento de que el Consejo de Seguridad adoptara de forma similar sus conclusiones y recomendaciones.

Mediante su apoyo prácticamente incondicional a Israel, Estados Unidos ha bloqueado eficazmente cualquier paso para implementar la solución de dos Estados al conflicto israelí-palestino. El llamado "proceso de paz" ha consistido durante muchas décadas en el rechazo por parte de Estados Unidos e Israel de la autodeterminación palestina y el bloqueo de cualquier Estado palestino viable.

Las organizaciones de derechos humanos “acusaron” a Israel, de utilizar fósforo blanco “indebidamente”, para el eufemismo de Isabel Kershner, eso era “legalmente” (Isabel Kershner es una periodista y autora israelí de origen británico que comenzó a reportar desde Jerusalén. Su función fue informar sobre cuestiones israelíes-palestinas, ha sido acusada de conflicto de intereses, ya que su hijo ha servido en las Fuerzas de Defensa de Israel, y su marido es empleado del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, quien divulga información de imagen positiva de Israel, y en el que Kershner a menudo se basa como fuente. Trabajó como editora para la revista The Jerusalem Report. Público un libro "La tierra de la esperanza y el miedo: La batalla de Israel por su alma interior", publicado en 2023).

Acusaron a Israel de usar municiones de fósforo blanco indebidamente durante la ofensiva militar israelí de tres semanas contra Hamás y a otros grupos militantes en Gaza en el invierno de 2008-2009. Dichas municiones no están prohibidas por el derecho internacional, pero no deben utilizarse en zonas civiles, ya que el fósforo blanco es altamente inflamable y, al igual que el napalm, puede quemar la carne. Israel sostuvo que el uso de proyectiles que contienen fósforo y no violaba el derecho internacional. Practicante, las municiones “no están prohibidas por el derecho internacional, pero no deben utilizarse en zonas civiles”, lo que significa que el uso de fósforo blanco en zonas civiles está prohibido por el derecho internacional. En cambio, Israel sostiene que “no violó el derecho internacional”.

La pregunta que uno podría hacerse después de leer esto es preguntarse ¿Utilizó Israel las municiones en zonas civiles o no? Todos sabemos las respuestas.

Entonces, ¿por qué Isabel Kershner no se molesta en decir a sus lectores que no hay duda de que Israel, de hecho, utilizó las municiones en zonas civiles? ¿Por qué se niega a señalar a sus lectores que, al hacerlo, es un hecho incontrovertible que Israel violó el derecho internacional con el uso de fósforo blanco?

Es bien sabido que Israel utilizo fósforo blanco en operaciones militares en zonas densamente pobladas de Gaza”, incluida la ciudad de Gaza. “El fósforo blanco puede incendiar casas y causar quemaduras terribles al entrar en contacto con la piel”, Cuando las municiones de fósforo blanco explotan en el aire, esparcen “116 obleas incandescentes sobre un área de entre 125 y 250 metros de diámetro causando lesiones y la muerte de civiles”. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) siguieron negando el uso de fósforo blanco y la postura belicista oficial israelí fue: "Todas las municiones que utiliza Israel se ajustan al derecho internacional. Pero Israel “no especifica los tipos de municiones ni los tipos de operaciones que lleva a cabo” y esas municiones de fósforo blanco M825A1 fueron, por supuesto, suministradas a Israel por Estados Unidos.

La función de la ONU en la creación del conflicto israelí-palestino

La ONU se fundó con el objetivo declarado de mantener la paz entre las naciones, pero la realidad es que no solo ha fracasado sistemáticamente en la prevención de conflictos internacionales, sino que ha contribuido en gran medida a provocarlos. Un caso ilustrativo fue su papel en sus primeros años, contribuyendo a la creación del conflicto israelí-palestino, aún sin resolver.

Según el preámbulo de la Carta de la ONU, firmada por sus Estados miembros fundadores en junio de 1945, el objetivo de la organización es “preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra” y “establecer condiciones que permitan mantener la justicia y el respeto de las obligaciones derivadas de los tratados y otras fuentes del derecho internacional”. El Artículo 1 de la Carta describe además que los propósitos de la ONU son “mantener la paz y la seguridad internacionales… de conformidad con los principios de la justicia y el derecho internacional”. La Carta también reconoce explícitamente “el principio de la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos”.

Sin embargo, casi inmediatamente después de su fundación, la ONU contribuyó a exacerbar la situación en Palestina al actuar en contra de sus propios principios declarados. Tras la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña, designada potencia ocupante bajo el Mandato Palestino de la Sociedad de Naciones, procedió a implementar políticas que contribuyeron a intensificar las hostilidades entre las comunidades árabes nativas y las judías inmigrantes. Después de la Segunda Guerra Mundial, la Sociedad de Naciones fue reemplazada por la ONU, que asumió la autoridad sobre los Mandatos de la Sociedad. Gran Bretaña, incapaz de conciliar sus promesas contradictorias con las comunidades árabe y judía, buscó salir de la situación que había contribuido a crear solicitando que la ONU abordará la cuestión de Palestina. Así, en mayo de 1947, la Asamblea General de la ONU consideró y adoptó una resolución que establecía el Comité Especial de la ONU para Palestina (UNSCOP) para investigar y formular recomendaciones.

En ese momento, la ONU estaba compuesta por 55 miembros, entre ellos Egipto, Irak, Líbano y Siria. Palestina seguía siendo el único de los antiguos territorios bajo mandato cuya independencia no fue reconocida. Sin embargo, no se incluyeron representantes de ningún país árabe en la UNSCOP, cuyos miembros incluían a Australia, Canadá, Checoslovaquia, Guatemala, India, Irán, Países Bajos, Perú, Suecia, Uruguay y Yugoslavia.

Egipto, Irak, Siria, Líbano y Arabia Saudita solicitaron la terminación del Mandato británico y el reconocimiento de la independencia de Palestina, pero esta moción fue rechazada. La población de Palestina a finales de 1946 era de aproximadamente 1.846.000 habitantes, de los cuales más de dos tercios eran árabes y un tercio judíos. Si bien el crecimiento de la población árabe no se debió al crecimiento natural, sino que ese crecimiento de la población judía se debió principalmente a la inmigración masiva proveniente de occidente, apoyada por la política británica. Los árabes constituían la mayoría y poseían más tierras que los judíos en todos los distritos de Palestina.

A pesar de estos hechos, la recomendación mayoritaria de la UNSCOP fue que Palestina se dividiera en dos estados, y que la mayoría de los árabes cedieron territorio a los judíos para su propio estado. Según la propuesta, el 45 % del territorio sería para el estado árabe, en comparación con el 55 % para el estado judío. La UNSCOP rechazó explícitamente el derecho de los árabes palestinos a la autodeterminación, afirmando que este principio no se aplicaba a Palestina, obviamente debido a la intención de posibilitar la creación del Hogar Nacional Judío allí. Los representantes árabes habían propuesto una Palestina unitaria con una constitución democrática que garantizara plenos derechos civiles y religiosos para todos los ciudadanos y una asamblea legislativa electa que incluyera representantes judíos. La UNSCOP descartó esta propuesta como una postura extrema.

Sin embargo, el 29 de noviembre de 1947, por 33 votos a favor, 13 en contra y 10 abstenciones, la Asamblea General adoptó la Resolución 181, que recomendaba la implementación del plan mayoritario de la UNSCOP. La resolución, no vinculante, fue remitida al Consejo de Seguridad, donde no prosperó. Es importante destacar que, contrariamente a la creencia popular, la ONU no creó a Israel ni otorgó a los líderes sionistas autoridad legal alguna para su declaración unilateral del 14 de mayo de 1948 sobre la existencia del Estado de Israel. De hecho, el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Warren Austin, observó que la única manera de implementar el plan de la UNSCOP sería mediante el uso de la fuerza, y que el Consejo de Seguridad no tenía tal autoridad para imponer la partición de Palestina.

La expectativa del conflicto israelí-palestino de la terminación del mandato y la retirada británica de Palestina “resultaría, a la luz de la información disponible, en caos, intensos combates y una gran pérdida de vidas en Palestina”. Por otro lado, Austin argumentó que la ONU sí tenía autoridad para tomar medidas, incluido el uso de la fuerza, para prevenir un desenlace tan violento.

El Consejo “puede tomar medidas para prevenir una amenaza a la paz y la seguridad internacionales desde el interior de Palestina”, declaró, así como “para prevenir la agresión contra Palestina desde el exterior”. Instó al Consejo: “Las Naciones Unidas no pueden permitir tal resultado. La pérdida de vidas en Tierra Santa debe cesar de inmediato. El mantenimiento de la paz internacional está en juego”

Sin embargo, la ONU no hizo nada mientras el liderazgo sionista, bajo el liderazgo de David Ben-Gurión, implementa una campaña de limpieza étnica, siendo la expulsión de la población árabe un requisito previo para la creación de un “Estado judío” demográficamente. Como escribió Ilan Pappe en su innovador libro, La limpieza étnica de Palestina (disponible en el Club de Lectura AET), «agentes de la ONU y funcionarios británicos observaban con indiferencia» mientras las fuerzas sionistas atacaron sistemáticamente los principales centros urbanos de Palestina. De igual manera, a finales de abril, «los representantes estadounidenses sobre el terreno ya eran plenamente conscientes de las expulsiones que se estaban llevando a cabo».

Para cuando la ocupación británica llegó a su fin oficialmente el 14 de mayo de 1948, un cuarto de millón de palestinos ya habían sido expulsados de sus hogares por las fuerzas militares judías. Ese mismo día, el liderazgo sionista emitió su declaración unilateral sobre la existencia de Israel, que citó falsamente la Resolución 181 de la Asamblea General de la ONU como la que otorgaba autoridad legal para el establecimiento de su "Estado judío".

Como se predijo, la guerra estalló cuando los estados árabes vecinos intentaron preparar una respuesta militar contra la invasión israelí de sus territorios. Al final, las fuerzas árabes solo lograron mantener el control de las zonas conocidas como Cisjordania (al oeste del río Jordán) y la pequeña Franja de Gaza. Tres cuartos de millón de árabes habían sido sometidos a una limpieza étnica de Palestina para cuando se firmó el acuerdo de armisticio. Se firmaron en 1949. Para los israelíes, esta fue una "Guerra de Independencia", pero los palestinos la llaman la "Nakba", su "catástrofe".

En noviembre de 1948, Israel solicitó su ingreso a la ONU, declarando que "acepta sin reservas las obligaciones de la Carta de las Naciones Unidas y se compromete a cumplirlas". Al mes siguiente, la Asamblea General aprobó la Resolución 194, que reconocía el derecho de los refugiados palestinos a regresar a sus hogares, de los cuales habían sido sometidos a una limpieza étnica. Israel rechazó la resolución y se negó a permitir el regreso de los refugiados. No obstante, en marzo de 1949, el Consejo de Seguridad de la ONU procedió a legitimar la declaración unilateral sionista de independencia y limpieza étnica de Palestina, al declarar, al estilo orwelliano, que «Israel es un Estado amante de la paz… dispuesto a cumplir las obligaciones contenidas en la Carta» y recomendar a la Asamblea General que Israel fuera admitido como miembro de la ONU.

En abril de 1949, la Comisión emitió un informe en el que declaraba que «no tenía ninguna dificultad en reconocer la verdad» de que «Israel no solo no había aceptado el principio de repatriación de refugiados, sino que se había esforzado por crear una situación de facto que dificultaría e incluso imposibilitan la aplicación práctica de dicho principio». Cuando la Asamblea General debatió la solicitud de adhesión de Israel al mes siguiente, el representante del Líbano, Charles Habib Malik, observó que admitir a Israel como miembro, al tiempo que rechazaba el principio de la repatriación de los refugiados árabes, equivaldría a condenar virtualmente a un millón de árabes al exilio permanente, lo que, según predijo, daría lugar a graves disturbios políticos, sociales, económicos y espirituales en el Cercano Oriente y en todo el mundo durante las generaciones venideras.

Admitir a Israel, continuó, sería una "recompensa" por su desafío a los deseos de la Asamblea y significaría la perpetuación de la situación de los refugiados árabes sin hogar. Además, Israel no había declarado sus propias fronteras y ahora controlaba territorios mucho más allá de los previstos en el plan de partición del Estado judío y no tenía intención de cederlos. Por lo tanto, admitir a Israel equivaldría a otorgarle un cheque en blanco para que trazara sus fronteras donde quisiera.

"En efecto", argumentó Malik, "significaba condonar, mediante un acto solemne de las Naciones Unidas, el derecho de conquista" y "sería perjudicial para las negociaciones sobre la demarcación de fronteras que se encuentran actualmente en curso". Sin embargo, por 37 votos a favor, 12 en contra y 9 abstenciones, la Asamblea General, el 11 de mayo de 1949, adoptó la Resolución 273, decidiendo, a pesar de toda la evidencia en contra, “que Israel es un Estado amante de la paz que acepta las obligaciones contenidas en la Carta” y admitiendo a Israel como miembro de las Naciones Unidas.

Si bien es imposible saber cómo se habría desarrollado la historia de otra manera si la ONU no hubiera desempeñado el papel que desempeñó, y debería reconocer su error que el conflicto que aún hoy se libra entre israelíes y palestinos es, en gran medida, consecuencia de las decisiones y acciones tomadas por los Estados miembros de las Naciones Unidas que contradecían los principios que la organización supuestamente se fundó para defender.

Desde hace décadas existe el mal llamado "proceso de paz" liderado por Estados Unidos —el proceso mediante el cual Estados Unidos e Israel bloquean la implementación de la solución de dos Estados— a pesar de que Israel se niega a mostrar siquiera un mínimo de buena fe. Mahmoud Abbas planteó la idea de aceptar una solución de dos Estados que establecía que Palestina existiría dentro de las fronteras de 1967, con capital en Jerusalén Oriental. Incluso aceptó regresar a las conversaciones "sin condiciones previas", es decir, mientras la colonización ilegal israelí de Cisjordania y Jerusalén Oriental continúe sin cesar. Pero su traición fue mucho más allá. También expresó su disposición a renunciar a la soberanía nacional palestina y su derecho a la legítima defensa al aceptar la exigencia israelí de que el Estado de Palestina sea "desmilitarizado". Abbas ha intentado justificar esta decisión argumentando que «no necesitamos aviones ni misiles». Pero la cuestión no es si es necesario o no contar con los medios para defender el Estado de Palestina. Puede que sea necesario o no, en la práctica, pero al acceder a la exigencia de Israel de un Estado Palestino «desmilitarizado», Abbas se rinde, por principio, a que Palestina pueda tener...Medios para ejercer su derecho a la legítima defensa si alguna vez fuera necesario, como si Israel hiciera lo que suele hacer y lanzara ataques aéreos o invasiones terrestres contra el Estado de Palestina.

¿Por qué Abbas hace concesiones tan enormes a Israel?

La respuesta es que la Autoridad Palestina, creada en el marco del llamado "proceso de paz", actúa como fuerza de seguridad subsidiaria de Israel. Burócratas como Abbas se benefician de este sistema, ya que tienen trabajo y salarios, y no quieren arriesgarse a alterar el statu quo si eso significa perder sus vidas relativamente cómodas. La Autoridad Palestina no quiere arriesgarse a perder la financiación que recibe de Estados Unidos por desobedecer las órdenes de Washington. Se contenta con hacer pactos con el diablo mientras mantiene la ilusión de que este camino, de alguna manera, conducirá al cielo. Esta dependencia del gobierno palestino de la misma nación, la principal responsable de apoyar los crímenes de Israel contra el pueblo palestino, y

El argumento de Estados Unidos para bloquear la implementación de la solución de dos Estados es perverso. La razón por la que Estados Unidos e Israel consideran a Abbas un "socio para la paz" es precisamente porque está ampliamente dispuesto a acatar las órdenes de Washington y Tel Aviv. Si no estuviera dispuesto a hacerlo, por definición no sería un "socio para la paz" en su léxico. Los palestinos deben tener un liderazgo que Estados Unidos e Israel no consideren un "socio" en sus esfuerzos por bloquear la implementación de la solución de dos Estados si desean verla alguna vez hecha realidad.

Los palestinos tienen opciones. Desde que obtuvieron la condición de Estado observador no miembro en la Asamblea General, ahora tienen la posibilidad de recurrir a la Corte Penal Internacional y a la Corte Internacional de Justicia. Tienen la opción de presentar denuncias contra las violaciones del derecho internacional por parte de Israel que perjudican sus derechos, como su régimen de ocupación y la colonización ilegal. Israel ha amenazado con retener los impuestos que recauda en nombre de la Autoridad Palestina en las zonas de Cisjordania bajo su control, y Estados Unidos ha amenazado con cortar la ayuda si los palestinos continúan con esta acción. Sin embargo, esto también supone un dilema para Israel y Estados Unidos, ya que un colapso de la Autoridad Palestina tampoco beneficiaría a Israel.

Los líderes palestinos no ganarán nada negociando con el gobierno del país que ocupa sus tierras, roba o destruye sus recursos y coloniza su suelo. El único resultado posible de participar en la farsa conocida como "proceso de paz" será una mayor pérdida de los derechos internacionalmente reconocidos de los palestinos. Que los palestinos renuncien a sus derechos es una condición previa explícita impuesta por Israel a cualquier acuerdo que se alcance mediante conversaciones. Entonces, ¿qué sentido tiene hablar? Los líderes palestinos deberían poner fin de inmediato a las conversaciones y dejar claro que no tiene sentido negociar a menos que Israel cese su colonización ilegal y se retire de la Palestina ocupada. Deberían insistir en que cualquier conversación se base en la igualdad de derechos de ambas partes, en lugar de aceptar el marco del "proceso de paz" que excluye cualquier disposición del derecho internacional al respecto, en el que cualquier acuerdo que se alcance no se centre en lo que Israel tiene derecho a recibir según la ley, sino en lo que Israel desea que contravenga la ley. Los líderes también deberían presentar de inmediato demandas ante la CPI contra Israel por sus crímenes contra los palestinos, incluido el continuo castigo colectivo a la población civil de Gaza, y contra Estados Unidos por su complicidad en dichos crímenes y su apoyo financiero, militar y diplomático; así como solicitar a la Asamblea General que remita el asunto a la CIJ.

La única manera de hacer insostenible la ocupación israelí es que los líderes de la Autoridad Palestina dejen de consentir su mantenimiento. Simplemente optar por no acatar las órdenes de Washington de mantener el statu quo y continuar complacientemente con la farsa del mal llamado "proceso de paz", abandonarlo y utilizar los mecanismos legales a su disposición para poner fin al apoyo de Estados Unidos a las políticas criminales de Israel, haciendo políticamente inviable su continuación, es el único camino a seguir.

Si los actuales líderes palestinos no lo hacen, el pueblo palestino debe librarse del régimen de Abbas, y quizás librarse por completo de la Autoridad Palestina, y encaminarse hacia el fin de las injusticias perpetuas que se han cometido y se siguen cometiendo contra él. El conflicto entre Israel y Palestina

Si Estados Unidos responde cortando la financiación a los palestinos, que el mundo vea esta "ayuda" como lo que realmente es: pagos de sobornos destinados a mantener a los líderes de la Autoridad Palestina dependientes y, por lo tanto, obedientes a las mismas naciones que los oprimen, es decir, Israel y Estados Unidos.

Cohen primero expresa su apoyo a la solución de dos Estados y su postura de que Israel debe poner fin a su ocupación del territorio palestino, describiendo como un "factor positivo" que, cuando las empresas extranjeras dejan de hacer negocios con empresas israelíes que operan en los asentamientos ilegales de Israel, "envían una poderosa señal a Israel para que abandone Cisjordania".

Pero luego afirma que tales acontecimientos lo inquietan porque no confía en el movimiento BDS (boicot, desinversión y sanciones), alegando que tiene una "agenda oculta". ¿Por qué? Pues bien, el objetivo declarado del movimiento es poner fin a la ocupación, garantizar la plena igualdad para los ciudadanos árabe-palestinos de Israel y luchar por el derecho al retorno de todos los refugiados palestinos. Entonces, ¿qué hay de malo en todo esto? El problema del conflicto entre Israel y Palestina, para Cohen radica en que, para los ciudadanos árabes de Israel, al recibir un trato igualitario y que los palestinos sometidos a una limpieza étnica en Palestina regresaran a sus hogares, significaría el fin de Israel como Estado judío (Jacob Cohen es miembro de la comunidad judía, es un militante antisionista.

Jacob Cohen rechaza explícitamente el derecho de los palestinos a regresar a sus hogares, de los cuales fueron depurados éticamente para que Israel pudiera establecerse como un "Estado judío" demográficamente. Niega que tengan tal derecho, afirmando que se trata de una mera "reclamación" y que, en cambio, los refugiados palestinos deberían ser compensados. No está claro si Cohen cree que tienen derecho a ser compensados por haber sido expulsados de sus hogares y por la confiscación de sus propiedades, o si simplemente piensa que sería una buena acción. Pero lo cierto es que el derecho de los refugiados a regresar a sus hogares es internacionalmente reconocido. La Resolución 194 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 11 de diciembre de 1948, invocó este principio reconocido de derecho internacional al resolver que “a los refugiados que deseen regresar a sus hogares y vivir en paz con sus vecinos se les debe permitir hacerlo lo antes posible, y que se debe pagar una indemnización por los bienes de quienes decidan no regresar, así como por la pérdida o los daños a los bienes que, en virtud de los principios de derecho internacional o de equidad, deban ser reparados por los gobiernos o las autoridades responsables”.

Cabe destacar que Cohen no afirma que los palestinos que decidan no regresar a sus hogares debían ser compensados. Afirma que los refugiados deben ser compensados y no se les debe permitir regresar. En opinión de Cohen, esta no es una decisión que les corresponde a los refugiados. Y rechaza explícitamente este derecho de los palestinos argumentando que Israel debe seguir siendo un "Estado judío". En otras palabras, presenta un argumento estrictamente racista para rechazar el derecho individual de los palestinos al retorno.

Para 1948, el derecho al retorno de los refugiados ya estaba reconocido como derecho internacional consuetudinario. El representante de Estados Unidos ante la ONU reconoció que la Resolución 194 no creaba un nuevo derecho, sino que "respalda un principio generalmente reconocido y proporcionaba un medio para implementar ese principio". Cabe mencionar que la admisión de Israel en la ONU como Estado miembro estaba condicionada a la implementación de la Resolución 194. El derecho de los refugiados a regresar a su hogar fue reconocido en el Reglamento de La Haya, anexo a la Convención de La Haya de 1907 relativa a las Leyes de la Guerra Terrestre, y nuevamente en el IV Convenio de Ginebra de 1949 relativo a la Protección debida a las Personas Civiles en Tiempo de Guerra. El Reglamento de La Haya y los Convenios de Ginebra también prohibieron las expulsiones forzosas. La Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada el 10 de diciembre de 1948, reconoció que «Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país». El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos afirmó posteriormente que «Nadie será arbitrariamente privado del derecho a entrar en su propio país». Cohen concluye promocionando a Israel como "una democracia" y afirmando que todos los ciudadanos israelíes "deberían gozar de igualdad" y "permitirse identificarse como israelíes si así lo desean, en lugar de como judíos, árabes o drusos, es decir, como ciudadanos indiferenciados". Esto es, por supuesto, totalmente incompatible con su rechazo a los derechos de los palestinos y su insistencia en que Israel debe seguir siendo un "Estado judío", lo que ilustra una disonancia cognitiva extrema.

Lo que Cohen está diciendo, en realidad, al declarar su rechazo al derecho al retorno por el argumento racista de que amenazaría la existencia de Israel como "Estado judío", es que la limpieza étnica mediante la cual surgió este "Estado judío" fue legítima. Después de todo, este es el propósito de la exigencia de Israel de que los palestinos reconozcan a Israel explícitamente como un "Estado judío". Si bien expresa su oposición a la ocupación y profiere retórica sobre democracia e igualdad, lo que Roger Cohen está haciendo en realidad es aliarse con Israel en su esfuerzo por oprimir y coaccionar a los palestinos para que renuncien a sus derechos internacionalmente reconocidos. Es sumamente ilustrativo que una justificación tan abiertamente racista para hacerlo se considere en los principales medios de comunicación estadounidenses como perfectamente aceptable, sin provocar la menor controversia. Como simple experimento mental, uno podría imaginar cuál sería la reacción si un columnista argumentará, por ejemplo, en contra del derecho de los refugiados judíos a regresar a sus hogares en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, argumentando que podría amenazar la existencia de Alemania como una "nación aria". Después de todo, Pero Cohen simplemente cumple con su deber como sumo sacerdote de la religión del Estado. Siguiendo la función habitual de los grandes medios de comunicación, se dedica diligentemente a generar consenso para la política exterior estadounidense, lo que incluye respaldar la postura de Israel y presionar a los palestinos para que reconozcan a Israel como un "Estado judío". Es decir, el gobierno estadounidense ha adoptado una política explícitamente racista. Pero eso no lo leerán en el New York Times ni en otros grandes medios estadounidenses.

En una lucha por su Estado Palestino y una rebelión justificada

Durante décadas, los israelíes y judíos de todo el mundo disfrutaban con orgulloso resplandor de la victoria sobre Medio Oriente. Logrando finalmente poseer los lugares más sagrados de la historia judía, sino también las fuerzas de Israel mantuvieron todo el control sobre los terrenos estratégicos de los Altos del Golán, Cisjordania y la península del Sinaí. Por primera vez en el mundo moderno, los árabes fueron conquistados a través de la guerra psicológica, el miedo y bajo un falso terrorismo encubierto dirigida por la CIA, mientras el pueblo judío se mantenía seguro en las tierras más antiguas y santásticas.

Pero la población árabe siempre fue rebelde e inquieta en Cisjordania y otros "territorios". A diferencia de las poblaciones cautivas palestinos eran libres de irse, sin embargo, en realidad eligieron permanecer unidos a los árabes y obligados a una vida bajo las condiciones de un sistema de segregación racial y discriminación (apartheid) bajo el dominio israelí.

En la guerra árabe-israelí de 1973, Egipto y Siria querían recuperar el Sinaí y los Altos del Golán, que había sido invadido por las fuerzas israelíes. Las fuerzas árabes fueron retenidas el tiempo suficiente para que los israelíes se movilizaran, neutralizando efectivamente a la fuerza aérea siria mientras rodeaban a los ejércitos egipcios. De hecho, ese triunfo fue gracias el apoyo de la administración Nixon.

Pero en menos de cinco años después de este triunfo, Israel ya estaba controlando la vasta región del Sinaí, un punto estratégico de las reservas de petróleo tan cruciales para la independencia económica israelí.

En otros cinco años después, las fuerzas israelíes tuvieron que enfrentarse con en Líbano, y que operaba bajo la bandera de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), considerandos bajo la narrativa terrorista. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP), no eran terroristas, ellos luchaban por el derecho de sus tierras que le fueron usurpados. Israel poseía muchos agentes infiltrados y por eso cada vez lograba más victorias.

Pero luego sucedieron los levantamientos llamadas la “Intifada”, eran las rebeliones de los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza contra Israel. Se trataba de actos propios de resistencia frente al invasor israelí y que están justificados de acuerdo al derecho internacional. Estos alzamientos se encuentran entre los aspectos que más han influido en el desarrollo del conflicto árabe-israelí en las últimas décadas.

Esas sangrientas insurrecciones la “Intifada” comenzó por las injustos forma como los israelitas sometían aterrorizando a las poblaciones árabes de Gaza y Cisjordania, asesinando a maridos y padres, incluso víctimas con crueles torturas de los indefensos árabes palestinos. Ante esta situación de sometimiento y maltrato israelí, surgieron los grupos operados por el Partido Comunista Palestino (PCP), el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (DFLP), y el Frente Popular para la Liberación de Palestina (PFLP).

En la segunda “Intifada” dejó más de 5000 palestinos (en su mayoría civiles) y más de 1000 israelíes muertos (en su mayoría civiles). Además, la victoria de Israel significó el aislamiento definitivo de la Franja de Gaza bajo una estructura de sometimiento apartheid.

En tercera “Intifada” ocurrió el viernes 8 de diciembre de 2017, debido al reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por los Estados Unidos. El líder del Hamás pidió al pueblo palestino en participará en una tercera Intifada denominado «Viernes de Furia», esas insurrecciones fueron provocadas por la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital del Estado de Israel. Esa decisión fue un acto injusto y fue duramente criticada por los gobiernos árabes y países occidentales que, reconocían que Jerusalén debería ser una capital compartida por un futuro Estado de Palestina. La administración Trump, en vez de incentivar el diálogo entre las dos partes, lo único que logró es generar más ola de violencia en Medio Oriente y terminó derribando todos los esfuerzos de gobiernos anteriores estadounidense que buscaban una solución del conflicto.

Entonces nos encontramos mediatamente con una Israel que ha logrado asombrosamente una paz victoriosa y desastre ignominioso, dejando a una sociedad palestina en la subyugación y desastre económico. Como consecuencia, Oriente Medio se transformó en una región de guerras, de la insurrección y el terrorismo, que son ahora realidades causadas por Israel en camino de recuperar sus tierras que su Dios le concedió por herencia. Mientras los medios de comunicación occidentales tergiversaron las situaciones transmitiendo siempre informaciones de la aniquilación del Estado de Israel por parte de los (mal llamados) terrorista y que, realmente ellos luchan por sus territorios y su libertad. Mientras los partidos políticos de Israel y Netanyahu llevando a cabo activamente el suicidio sobre escuelas y hospitales, supuestamente centros que esconden terrorismo.

Desde un principio ha existido las oportunidades de un proceso de “acuerdo de proceso de paz”, pero ese proceso de "paz” es negado por el gobierno israelí por negarse a reconocer la independencia del Estado Palestino y está presentando un peligro genuino y creciente para las vidas de todos los palestinos que se niegan a marcharse de sus tierras. Los judíos están "jugando a regañadientes" sólo fuera de una creencia desmoralizada de que la opinión mundial se ha convertido en una fuerza abrumadora e imparable para la rendición de la tierra.

Sin embargo, la población estadounidense judía se opone completamente al proceso de "paz". Ellos consideran que las fuerzas del mal están librando la guerra contra Israel.

Así que nos enfrentamos a un escenario increíble: nadie en el mundo apoya la rendición israelí, sin embargo, todo el mundo se siente obligado emocionalmente en compasión por toda la experiencia que soportaron los palestinos de tantas víctimas inocentes y entre ellas se perdieron generaciones de muchos niños. Pero nadie hace nada, esto se terminaría si se reconociese el Estado de Palestina.

Entonces, nos encontramos con un fantasma llevando al mundo entero al borde de una guerra no deseada, y todo el mundo se siente indefenso para detenerla.

La pura locura de esta situación revela claramente un hecho. Que tal confusión y parálisis de masas sólo pueden resultar de los esfuerzos concertados pero ocultos de una red de los gobiernos estadounidense e Israelí, junto con los medios de comunicación y muchas otras instituciones clave, actuando en contra de los deseos de las poblaciones del mundo sólo porque agentes de esta red se han infiltrado en los rangos más altos de la autoridad.

Entonces, ¿quién es este misterioso enemigo de Palestina? O ¿quién tiene hambre de la destrucción del pueblo Palestina?

Mientras tanto, el mundo se está cayendo en el caos, confundido y asustado por la red de mentiras más grande y atrevida de la historia.

Yemen, con su poder en aumento en el Medio Oriente está intimidando a Israel.

¿Sería un fracaso total cualquier intento de las fuerzas de la oposición de derrocar al gobierno israelí? Los judíos siempre han controlado cualquier movimiento en su contra, cualquier movimiento de este tipo seria aplastado completamente con espías y agentes infiltrados en las naciones que rodean a Israel.

De alguna manera, ellos relativamente han logrado sembrar confusión y desesperación entre los palestinos. El desmantelamiento de la gran Palestina fue el producto de la guerra psicológica y de la conquista militar. Incluso llego hasta la situación que ningún enemigo tenía la fuerza para destruir físicamente al pueblo judío, hasta que ocurrió el ataque de Hamás contra Israel (7 oct 2023). A partir de allí se vio que el poder de Israel no era invulnerable, ante este hecho las fuerzas israelíes con el apoyo de la fuerza aérea estadounidense inicio una serie de ataques preventivos contra Palestino, el Líbano, Irak, Siria y luego contra Irán.  Pero los medios de comunicación occidentales tergiversaron las situaciones transmitiendo siempre informaciones acusando que esas naciones terroristas iniciaron siempre primer ataque contra el Estado de Israel.

Pero, Irán no intento intensificar la guerra con Israel, pero los israelíes comenzaron una serie de asesinatos de líderes iraníes sobre territorio iraní y ataques aéreos.

Hasta que se produjo una Tercera Guerra Mundial, llamadas de la "Guerra de los 12 Días", lo cual no impide que cada uno de sus actores principales Israel, Estados Unidos afirmar haberla ganado.

Sobre todo, existe una interrogante sobre ciertos elementos fundamentales no permiten determinar con claridad porque Washington deliberadamente mando sus bombarderos para atacar a Irán o creyó tener que hacerlo para evitar lo peor...

Esto se parece a una repetición de un conflicto que sucedió sobre Irak (2003) a partir de los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido, que ya habían inventado la falacia sobre las supuestas armas de destrucción masiva del presidente iraquí Sadam Husein, convirtieron aquel cuento en una historia sobre armas de destrucción masiva iraníes. Washington y Londres lograron entonces que el Consejo de Seguridad de la ONU adoptara las resoluciones 1737 (del 23 de diciembre de 2006) y 1747 (del 24 de marzo de 2007) que iniciaban la preparación de una guerra contra Irán.

Desde un principio del conflicto surgió cuando el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad (como el sexto presidente de Irán desde 2005 hasta 2013) , quien inició un gran programa de investigación sobre la fusión nuclear, un proyecto que podría ser de utilidad tanto en el ámbito civil como en el plano militar.

Con el apoyo de una mayoría de Estados miembros de la ONU, el presidente Ahmadineyad desde un principio rechazó, que el Consejo de Seguridad exigiese que Irán renunciara a su derecho de investigar en el campo de la energía nuclear sólo para "restaurar la confianza" de otros países hacia la República Islámica (resolución 1696 del 31 de julio de 2006). Pero Irán, vivió el derrocamiento de Mohammad Mossadeg - el primer ministro que había tratado de nacionalizar el petróleo - no podía dejar de oponerse a aquel intento occidental de apoderarse de su fuente inagotable el petróleo. La polémica empeoró cuando el Consejo de Seguridad adoptó la resolución 1929 (el 9 de junio de 2010), en contra de la opinión - favorable a Irán - de la mayoría de la Asamblea General de la ONU.

Los sionistas israelíes confundieron con su discurso que era una amenaza para la región y tardaron en apoderarse del cuento del, "programa nuclear militar de los ayatolas". Y quienes a través de décadas han logrado infiltrándose en el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), a pesar de que Israel no es miembro de esa estructura, y ejercer su influencia sobre su director, el argentino Rafael Grossi.

La base del contexto bíblico

En el contexto bíblico, las tribus de Israel no podían mezclarse principalmente para preservar la herencia de cada tribu y evitar la pérdida de tierras. Esta restricción establece que las herencias no debían pasar de una tribu a otra. Además, se buscaba evitar la influencia de otras culturas y religiones, especialmente a través de matrimonios mixtos. Prohibía los matrimonios con personas de otras culturas para preservar sus costumbres y tradiciones, para no caer en falsa idolatría y la desviación de la fe en el único Dios verdadero.

En resumen, la prohibición de mezclar las tribus de Israel tenía como objetivo principal proteger la herencia y la identidad de cada tribu, evitando la pérdida de tierras y la influencia de otras culturas y religiones, especialmente a través de matrimonios mixtos.

¿Por qué mandó Dios a los israelitas que solo se casaran entre ellos?

Jehová le entregó la Ley al pueblo de Israel que incluía el mandato: “No debes formar ninguna alianza matrimonial con [las naciones vecinas]. No debes dar tu hija al hijo de él, ni debes tomar su hija para tu hijo”.

¿Qué motivó esta prohibición?

Jehová no quería que Israel adorasen a dioses falsos. Dios advirtió que, si los israelitas se casaban con no creyentes, ellos se apartaría de él y servirían a otros dioses. Si ellos no cumplían sus leyes serían presa fácil de sus enemigos.

Se menciona la división del reino de Israel en dos debido a la idolatría de Salomón y la influencia de sus esposas extranjeras.

Dios había advertido a Salomón acerca de esto en la dedicación del templo: “Andarás delante de mí, con integridad de corazón y rectitud, haciendo conforme a todo lo que te he mandado, y guardando mis estatutos y mis reglas, entonces estableceré tu trono real sobre Israel para siempre. Pero si os aportáis de seguirme y no guardéis mis mandamientos y mis estatutos que os he puesto delante de vosotros, sino que vayan y sirvan a otros dioses y los adore, entonces cortaré a Israel de la tierra que les he dado, y la casa que he consagrado para mi nombre...  y se convertirá en un montón de ruinas”.

Al rey Salomón, se le dio el don de la sabiduría. Pero, hizo oídos sordos a la advertencia divina. El rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras, de las cuales Jehová había dicho al pueblo de Israel: No entrarás en matrimonio con ellas, ni ellos contigo, porque ciertamente llevarán su corazón hacia sus dioses. Salomón se aferró enamorándose de mujeres extranjeras. Esas esposas le apartaron su corazón de su Dios. Cuando Salomón era viejo, sus mujeres se apartaron de su DIOS en pos de otros dioses, su corazón no era totalmente fiel al Señor su Dios, como era el corazón de David su padre. Y Salomón hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió totalmente al Señor, como David su padre había hecho. Entonces, llegó un momento que Salomón edificó altares con la idolatría de otros dioses e inclusive en Jerusalén y eso fue abominación para Jehová su Dios.  Y también todas sus esposas extranjeras comenzaron a inclinar sus corazones a otros dioses y a realizar ofrendas y sacrificios. De modo que Jehová su Dios se enojó con Salomón, porque su corazón se había apartado de él. Ese mismo Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces y le había ordenado que deje eso y no fuera tras dioses ajenos. Pero no guardó lo que el Señor le había mandado. Por tanto, Jehová dijo a Salomón: De aquí esta ha sido tu práctica, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que te he mandado: Ciertamente te arrancaré el reino y se lo daré a tu siervo. Mas por amor de David tu padre no lo haré en tus días, sino que lo arrancaré de mano de tu hijo.  Sin embargo, no arrancaré todo el reino, sino que daré una tribu a tu hijo, por amor de David mi siervo y por amor de Jerusalén que he escogido. Y levantó Jehová un adversario contra Salomón, Adad el Edomita.

Entonces, vemos la caída de Salomón. "Entre las muchas naciones no había rey como [Solomon]. Fue amado por su Dios, y Dios lo hizo rey sobre todo Israel, pero aun fue llevado al pecado por mujeres extranjeras". Y que esta ambición lo llevó a aliarse con las naciones que le rodeaban a través de matrimonios. Salomón perdió el favor de su Dios y, por culpa de su desobediencia, el reino se dividió.

¿Cuál fue el resultado?

Con el tiempo todas las consecuencias que les sucedió a los israelitas fue porque habían pecado contra su Dios, quien les había sacado de la tierra de Egipto bajo la mano de Faraón, rey de Egipto. Sus reyes después de Salomón comenzaron a realizar reverencia a otros dioses y comenzaron a seguir las costumbres, que ellos mismos habían introducido. Los israelitas hicieron las cosas que no eran rectas ante su Dios. Ellos erigieron pilares sagrados en todas sus ciudades, e hicieron cosas malas provocando a su Dios. Sirvieron a ídolos y de las cuales les había dicho: «Ustedes no harán esto». Inclusive mandó a sus profetas y sus videntes diciéndoles: «Vuélvanse de sus malos caminos y guarden mis mandamientos, de toda la ley que ordene a sus padres». Sin embargo, ellos no escucharon, sino que fueron tercos como sus padres, que no creyeron en su Dios. Su pueblo desechó sus estatutos y el pacto que Él había hecho con sus padres, el pueblo siguió el camino de la vanidad, y se mezclaron con las naciones que los rodeaban. Su Dios les había ordenado que no fueran como ellos.  ¿qué sucedió? Su Dios se enojó en gran manera contra Israel, los quitó de su presencia y desechó a toda la descendencia de Israel. Israel habían cometido todos los pecados ante su Dios y los entregó en mano de sus enemigos de tal manera que fueron llevado de su propia tierra al destierro.

¿Los judíos dicen ser la raza elegida de Dios?

En realidad, los primeros hebreos eran una raza especial, eran semitas y específicamente desempeñaron un papel particular en aquella época. Eran esencialmente semita y sería muy difícil rastrear a cualquiera de sus originales. En actualidad, nos entramos con judíos de hoy, y muchos de ellos ahora están en cuerpos de muchas nacionales. Una gran proporción de ellos se encuentran entre la élite gobernante del planeta. Pueden ser israelíes, los escandinavos, alemanes, asiáticos, británicos, estadounidenses, africanos y otros árabes, etc. Los judíos originales eran de la esencia semita y no tenía nada de relación con las líneas de sangre aria (raza blanca). Por ejemplo: la raza africana al mezclarse con raza aria, ellos mantienen su esencia genética con se ven en mundo actual. En cambio, en la actualidad se mantiene la raza semita en la región de la antigua Palestina entre sus poblaciones. Entonces en la actualidad nos entramos con judíos de raza blanca y no siguen los rasgos de la línea genética original semita. Ellos están más emparentados con la raza occidental y eso se debe por consecuencia que han contraído matrimonio con otros pueblos y se han degradado como originales e inclusive no son originales. Por ejemplo: Una raza oriental al mezclarse con los occidentales, ellos mantienen sus rasgos genéticos. Por lo tanto, nos encontramos con judíos más adecuadamente identificados como arios llamados Sionistas dominantes.

Muchos judíos de hoy dicen tener derechos sobre Palestina porque cree que su Dios, Jehová, les ha dado la tierra. Este derecho que consideran divino, les ha permitido formar su estado de Israel después del holocausto NAZI y a partir de desde ese momento han creado conflictos para expandir sus territorios. Esas tierras son disputadas por los palestinos, que creen que Alá les ha preparado la tierra y muchos de ellos eran judíos que cambiaron sus doctrinas. Los judíos y palestinos consideran esa tierra y muchos de sus sitios como lugar santo. Muchos de los cristianos también consideran gran parte de la tierra como santa. Estos Las reclamaciones irreconciliables han creado cuestiones muy delicadas y han resultó en siglos de derramamiento de sangre sobre la tierra.

Lamentablemente, todo el conflicto judío/cristiano/musulmán sobre la Era Palestina, lo único que consiguió es el derramamiento de mucha sangre. La élite gobernante sobre planeta ha sido muy dura con cualquier filosofía, pensamientos, ideales, religiones y otras prácticas que se originan en los lugares ahora conocidos como Irán, Irak y Afganistán. Esto incluye la persecución de las religiones que no son judíos. Esto de ninguna manera indica que todos los pensamientos que se originan de estas áreas son de la verdadera luz, son solamente doctrinas creadas por humanos. La razón principal porque en estas áreas se resisten duramente es por todos los sufrimientos que han causados la élite gobernante y ahora pelean por su libertad. Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes nazis eliminaron a la gran mayoría de judíos de Europa que genéticamente eran (semita) los más puros, esos judíos mantenían su tradición intacta y poseían mucho conocimientos y reliquias antiguas de Israel. Les dijeron a los judíos que tenían que volver a la gran Palestina para edificar nuevamente el Estado de Israel y ellos se negaron a regresar.

¿Porque no querían regresar?

Ellos no deseaban volver, sabían que, si volvían allí tendrían muchos conflictos y en esos lugares sus tierras eran difíciles para progresar. Ellos estaban cómodos en Europa gozando de una buena prosperidad. Esos judíos reales se podrían haberse salvado. Pero los sacerdotes líderes Egoístas ante la resistencia de esos grupos de judíos puros de Europa en negarse regresar a su Tierra Prometida, planearon sus asociaciones con facciones de la SSS para el exterminio de masa de judíos que se negaron marcharse. Se les dijeron que se quedaran allí, que no sucedería nada y que los alemanes no les harían nada. Así que eso judíos fueron perseguidos, encerrados y llevados a campo de concentraciones, y utilizados como esclavos y mano de obra, para luego ser eliminados. Los rabinos sabían la verdad les dieron que debían pasar esta experiencia para una causa divina. Hitler no sabía estos sucesos de extinción judía que realizaban los fanáticos esquizofrénicos de la SSS NAZI e inclusive él era descendiente genéticamente de madre judía.

El oro negro

Todos los problemas que rodean sobre estas áreas se pueden explicar de manera creíble por razones sociopolítica-económicos. El petróleo es uno de los principales factores creíbles utilizados para explicar cómo los intereses estadounidense-israelíes están desesperante interesados en estas áreas.

El último disfraz que se están utilizando es la lucha contra terroristas, con el fin de ofuscar las luchas en esas áreas. Y entonces nos encontramos con una verdadera razón en la cual la mayoría de las personas y países involucrados están atrapados en estas luchas sin "razones" específicas (la desviación) y no son conscientes de la verdadera razón.

Entonces nos entramos con un Estados Unidos, gobierno sionista, atacando brutalmente a otros países sin propósito. Como sucedió con Afganistán e Irak, y sobre Medio Oriente (Palestina) y ahora tienen su vista puesta en Irán. Ellos fueron responsables y estuvieron involucrados en muchos otros conflictos en todo el mundo.

El fracaso estadunidense

Se convenció al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que Irán se disponía a fabricar una bomba atómica instalaciones nucleares iraníes. El presidente Trump propuso entonces que Estados Unidos apoyará un ataque israelí, pero con armas convencionales, en aras de evitar un bombardeo nuclear... ¡israelí...!

La aviación israelí lanzó entonces un ataque masivo contra los centros iraníes de investigación nuclear, contra el sistema de misiles balísticos de Irán y contra varios responsables militares y científicos vinculados a la investigación nuclear. El ataque de Israel se basó en los datos de inteligencia recogidos por los radares estadounidenses instalados en la base al-Udeid (en Qatar) - los radares israelíes no cubren el territorio iraní.

Israel quiso, "neutralizar la amenaza existencial e inminente que representan los programas de armas nucleares y de misiles balísticos de Irán". Basándose en las "estimaciones" de la inteligencia artificial del software Mosaic- afirmando falsamente que Irán no cumplía sus obligaciones hacia el OIEA y que había, "acelerado sus esfuerzos clandestinos por obtener armas nucleares". Pero, incluso suponiendo que los dirigentes de Israel hayan creído que Irán estaba realmente a punto de disponer de una bomba atómica y que iba a utilizarla contra Israel, el hecho es que la Operación León Rampante, también apuntaba contra el sistema de misiles balísticos de la República Islámica y contra responsables militares y científicos. Eso demuestra que el objetivo del ataque israelí no era el que Tel Aviv alega sino destruir las capacidades iraníes de defensa y de investigación.

Y nuevamente se plantea la cuestión de la violación de los compromisos internacionales de Israel y de Estados Unidos, más claramente de sus violaciones del derecho internacional.

El representante permanente de Israel en la ONU, el embajador Danny Danon, habló de una guerra "preventiva y preemptiva". O sea, según Danon, Israel atacó sabiendo que iba a ser atacado y en "interés de la comunidad internacional". Según en esta manera de ver las cosas, usted podría asesinar a su vecino en cualquier momento.

Ya ha podido comprobarse, incluso antes de la Operación Espadas de Hierro, que Israel actúa sin tener en cuenta las vidas de los civiles, o sea, según los términos utilizados en la Conferencia de La Haya de 1899, la conferencia fundacional del derecho internacional, Israel no actúa, "como una nación civilizada sino como los bárbaros”. La participación militar de Estados Unidos, con sus radares de la base al-Udeid, justifica el mismo juicio al evaluar el comportamiento de Washington.

Israel no se limitó a bombardear desde sus aviones de guerra. El ejército de Israel utilizó drones, previamente introducidos en Irán, para atacar en sus domicilios a responsables militares y científicos iraníes. Es la segunda vez que se ve ese modus operandi, la primera fue en el ataque de Ucrania contra varias bases de los bombarderos estratégicos rusos - la reciente Operación Tela de Araña, realizada el 1º de junio pasado.

¿Se puede entonces dejar de ver la similitud entre las dos operaciones?, sobre todo si recordamos que en el momento de la operación ucraniana se mencionó que su ejecución tiene que haber exigido la participación de un servicio secreto no ucraniano... ¿estadounidense o israelí?

¿Será que Israel ha declarado en secreto la guerra a Rusia?

También tenemos que recordar que el director del servicio de seguridad ucraniano (SBU), el general Vassyl Maliuk, nacionalista integrista declarado, es un gran admirador del coronel SS Otto Skorzeny, sin olvidar que, después de la Segunda Guerra Mundial, Skorzeny, bajo la protección de la CIA estadounidense y del MI6 británico, formó incluso su propia agencia - el Paladín Group - que "trabajó" para Israel.

Por otra parte, el día antes del ataque de Israel - que sin embargo no bombardeó la central atómica iraní de Bouchehr, donde trabajan numerosos ingenieros rusos - la prensa iraní había publicado los primeros documentos secretos robados en Israel por la inteligencia iraní.  Entre esos documentos israelíes hay una lista de científicos iraníes... que el director del OIEA, el argentino Rafael Grossi, puso en manos de Israel. Y en esa lista aparecen los nombres de los científicos iraníes asesinados durante la operación israelí León Rampante...Eso no significa que el director del OIEA designó personalmente a los científicos que había que asesinar, y eso lo hace cómplice de los asesinatos.

La Operación Martillo de Medianoche

Por su parte, el presidente estadounidense ordenó la Operación Martillo de Medianoche, realizada en la noche del 21 al 22 de junio, contra 3 instalaciones del programa iraní de investigación nuclear. Según la versión oficial, las bombas GBU-57 utilizadas esa noche, destruyeron esas instalaciones.

Puede que sí, puede que no.… pero lo cierto es que al asegurar que el bombardeo estadounidense destruyó las instalaciones iraníes, el presidente Trump privó al gobierno de Netanyahu de toda posibilidad de seguir justificando sus bombardeos contra Irán.

Mientras que en Washington se iniciaba una polémica con la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA), Israel seguía bombardeando Irán, destruyendo depósitos de combustible y diversas infraestructuras, objetivos que nada tenían que ver con los que Tel Aviv hacia anunciado inicialmente, exactamente como en Gaza donde matar de hambre a los civiles palestinos nada tiene que ver con el objetivo oficia planteado por el primer ministro Netanyahu, que sería vencer al Hamas...

FIN




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