La gran mayoría nosotros vivimos dominados por el Ego, a un nivel consciente e inconsciente.
El
error del yo de nuestro ego, es mostrándonos en ser cómo nos gustaría ser en
nuestro mundo exterior, en vez de mostrándonos de como deberíamos ser en
realidad. Ya que existe dos realidades: la realidad del mundo externo y la
realidad del mundo interno.
La realidad
del mundo externo: son los conjuntos de cosas y fenómenos materialistas de
conexiones mutuas que existe con nuestro mundo exterior, ella es independiente
de nuestras sensaciones, y percepciones, y es independientemente a nuestra
mente y a nuestra conciencia. El cual se denomina también realidad física.
La
realidad del mundo interno: es nuestro motor que impulsa a hacer las cosas que
deseemos, ella gobierna nuestras acciones. Si nosotros estamos bien
interiormente, también lo estaremos afuera. Por eso debemos desarrollar y
mejorar nuestras relaciones internas, eso nos hará que tengamos una vida mucho
las fácil y agradable. También nuestra realidad interior tiene conexión con
nuestra conciencia, en ella reside nuestro centro espiritual y de ella surge el
potencial de nuestra creatividad constructiva.
El ego
representa la máscara de nuestra personalidad, esa mascara es una forma de
protección inconsciente de mostrarnos para que no vean quienes somos realmente.
Literalmente evitando el contacto con nuestro auténtico yo, es decir con
nuestro auténtico ser. Tu sabes que no es fácil tolerar todas esas
frustraciones que no satisfacen nuestras necesidades en nuestra realidad
externa. Esa máscara son los instrumentos que utilizamos para intentar
adaptarnos a las circunstancias de la vida y, así, reinventarnos para seguir
adelante. Nos permiten actuar como si fuésemos capaces de cualquier cosa y nos
protegen de lo que creemos que puede dañarnos.
Según
Jung:
La
persona o máscara es un concepto de la Psicología que se utiliza para designar
aquellas partes del Yo que mostramos a los demás. Está constituida por todo lo
que valoramos, todas las características que fuimos apropiando porque
observamos en el desarrollo que tenían una buena recepción en nuestro entorno.
En nuestra vida cotidiana utilizamos diferentes máscaras en los diferentes roles de nuestra personalidad. Esos papeles que representamos nos aleja cada vez más de lo que debiéramos ser en verdad. A través de esa máscara necesitamos que nos halaguen, que nos reconozcan, de esa forma nos sentirnos aprobados por los demás, y necesitamos tener el control de las situaciones y de las personas, deseamos tener el poder sobre nuestras situaciones de nuestra realidad externa, pero en realidad en lo profundidad de nuestro ser hay temor. Miedo. El ego es el personaje de nuestra mascara de nuestra personalidad. Ese ego nos va alejando de nuestra sencillez, de nuestros instintos naturales de nuestra percepción de nuestro ser, nos va metiendo en las propias complicaciones de la vida de nuestro mundo exterior percibidas a través de nuestros ojos.
El
descubrimiento de nuestro ego tiene por objeto fomentar nuestra relación con el
inconsciente y expandir nuestra identidad compensando, de ese modo, la
unilateralidad de nuestras actitudes conscientes con nuestras profundidades
inconscientes. El descubrir a nuestro ego nos permite estar en el lugar
correcto del modo correcto. Cuando mantenemos una relación correcta con nuestro
ego, nuestro inconsciente deja de ser un monstruo diabólico. Porque nos puede
resultar peligroso cuando no le prestamos la debida atención. Cuando logramos
una relación adecuada con nuestro ego restablecemos el contacto con nuestras
capacidades ocultas. El yo interno.
Entonces cuando nuestro ego deja de ser lo natural, se mueve en una falsa realidad en la cual nos movemos, creamos una personalidad ideal, de la cual actuamos en ella, con una falsa autoestima que necesitamos proyectar para que nadie pueda ver nuestra inseguridad que escondemos en nuestro interior (el miedo), mostrando una imagen a través de nuestra máscara de nuestro yo y es la que nos relaciona con nuestro mundo exterior de nuestro entorno y necesita ser identificado y reconocido por nuestro rol.
Los efectos del ego
Toda
nuestra existencia enfocada en la dimensión de nuestro ego, provocará que todas
las acciones que pudiéramos tener en nuestra vida a través de las iniciativas, no lo logremos por miedo a fracasar, todo ese condicionamiento nos pone en una
zona rutinaria e cómoda en donde alimentaremos a nuestro falso Yo, a través de
la aceptación y halagos. Todo ese condicionamiento de nuestro terreno forma
nuestros hábitos en la vida y nuestro mundo de la aceptación. Eso no nos animará
a arriesgarnos a lo desconocido por miedo ¿saben por qué? por miedo de recibir
rechazos o críticas. Cuando tenemos una autoestima verdadera, no tenemos miedo a
explorar lo desconocido, porque no nos interesa las desaprobaciones que digan
los demás, eso que nos molestan no nos afecta y de esa manera aprovechamos
todas las oportunidades de aprender de nosotros mismo de todo aquello que nos
haya salido mal, sin dañar nuestra cualidad personal.
Cuando
nuestro ego no logra satisfacerse de nuestro mundo exterior, nos sentimos mal,
entonces desatamos a través de nuestras emociones, las energías como la rabia, la pena, el miedo, el rencor, el odio, la envidia,
etc. Creamos una falsa seguridad disfrazada, cuando recibimos las críticas, o
cuando no somos aceptados y cuando no somos reconocidos es cuando la máscara se
derrumba y allí es cuando podemos percibir lo que en realidad es la otra
persona o de lo que pensábamos de ella. La identidad de nuestro ego depende de
todos demás personajes de nuestro mundo externo piensen de nosotros y de lo que
recibamos reflejadas de la sociedad. Por eso es importante que el ego no domine
nuestra vida.
La
verdad, cuesta saber cuándo estamos siendo dominado por el ego, la única forma
de percibirla es a través de la observación misma a través de los actos
que realicemos. Lamentablemente el ego es fundamental para el equilibrio de
nuestra psiquis, pero cuando no limitamos nuestros excesos, ello nos puede ocasionar
un gran problema para nuestros estados de salud y de esa forma afectando
nuestro bienestar psicológico. Debemos comprender que cuando el ego distorsiona
nuestra realidad, es través de nuestras acciones, por ejemplo, cuando no
salimos de nuestro estado de confort, por miedo a arriesgarnos a la toma de
decisiones que podrían llevarnos hacia el fracaso y eso es porque no tomamos
las decisiones sobre lo desconocido. Podríamos crear miles de excusas por no
cambiar nuestro estilo de vida ¿sabes por qué? Simplemente por miedo al fracaso.
Esa falsa autoestima de nosotros mismo pensando que somos optimista y
creyendo las cosas positivas sobre nosotros mismo.
Tenemos
la tendencia de demostrar nuestras habilidades y de convencer a los demás de lo
que somos, hablamos de todos los recursos que tenemos, de todos nuestros logros
y de esa forma logramos que los demás nos devuelvan esa imagen de nuestras
habilidades. Estamos siempre en la búsqueda constante de la aprobación de los
demás y eso va reforzando nuestra autoestima. ¿y porque pasa eso? Eso nos pasa,
cuando no nos reconocen, ni no nos valoran y por eso nos sentimos mal al no
recibir eso refuerzos de reconocimiento. Claro, necesitamos la constante
necesidad del reconocimiento y es lo que nos define y nos impulsa. Tratamos
constantemente llamar la atención a los demás, damos magnificas explicaciones,
hasta buscamos teatralizar nuestras conductas para llamar la atención de los
demás. Seguramente alardeamos contantemente sobre nuestras posesiones, del
conocimiento que poseemos, que hayamos tenido relaciones sexuales con algún género,
de nuestras cualidades y la constante necesidad de presumir. Y siempre llamando
la atención en dar nuestra opinión cuando nadie no la ha pedido.
El
refrán dice “Dime de qué presumes y te diré de qué careces” para sintetizar
esos casos en los que una persona se atribuye una virtud, pero no tarda en dar
señales que contradicen eso mismo que pregona.
Estamos
constantemente pendiente en dar impresiones a los demás y eso provoca que estemos
más atento en eso, en vez de la situación en sí. También debemos entender que
existe diferentes tipos de ego que domina a la mente humana y eso distorsiona
la realidad. ¿Probablemente te sientes identificado? Lo ideal es lograr
percibirlo para buscar las soluciones que nos permitan resolver esas
situaciones. La solución es dejar que salga la verdadera esencia de nuestro ser
interior. Nuestro ego desarrolla mecanismo de protección y a veces nos dejamos
dominar. ¿sabes porque? Porque nos sentimos más seguro antes los ataques, las malas
críticas de los demás y de las experiencias que no pudimos enfrentar. Ese otro,
el ego nos apropia, nos confunde y nos aleja de nuestro verdadero ser e
impidiendo que las verdaderas cualidades surjan de nuestro corazón, a través de
nuestras emociones. Somos bastantes testarudos focalizando constantemente nuestra
mirada hacia nuestro mundo exterior y dejamos de buscar la constante búsqueda
de la aceptación.
No
pretendamos ser más de lo que somos, ni tampoco pretendamos creer que somos
menos, tratemos de disfrutar de las pequeñas cosas, llenándonos de satisfacciones
personales en la búsqueda de cultivar nuestras verdaderas cualidades y esa es la
creatividad, es la magia de nuestro ser interior.
Tratemos
de eliminar de nuestra vida las culpas, las exigencias, el perfeccionismo, así también
todo ese sentido de la necesidad de siempre de considerarnos un triunfador, así la
tendencia de que siempre tenemos la razón y esa tendencia de la avaricia que
siempre queremos más... más
Casi
la mayoría de la sociedad imaginamos que el ser humano es simple, pero en realidad
somos complicados, ¿Por qué es eso? Esa complicación es gran problema para
nosotros, son nuestros propios pensamientos, nuestros propios miedos y todos
esos condicionamientos externos nos paralizan, todos esos problemas son
causadas por nuestras experiencias en nuestra realidad externa.
El
miedo
El
miedo es uno de nuestros grandes problemas, ese miedo podría provocamos los
ataques de pánico o una crisis de angustia, como así también las grandes
preocupaciones intensas frente a los estímulos que representan un peligro para
nuestro mundo exterior del yo, afectando la integridad de nuestro cuerpo físico
y nuestro cuerpo emocional. Todo ese movimiento de reacciones suele estar
acompañadas por nuestros pensamientos negativos, catastróficos y aterradores.
Quién
de nosotros no pasado por los procesos de crisis de angustia, son desagradables
e inundan a nuestra mente con pensamientos negativos. Cuando más intensidad de
energía le pongamos a los síntomas de nuestras experiencias, más se incrementa las
sensaciones de miedo. Todos esos problemas afectan a nuestras emociones sanas,
por eso debemos ocupar a nuestra mente con otros tipos de pensamientos. Uno de
las formas es mirar programas que te produzcan la alegría y así puedes vibrar
en una frecuencia positiva
Por eso debemos ser más responsable en la vida y ser más consciente sobre nuestro desarrollo de nuestra personalidad, en realidad no debemos tratar de eliminar a nuestro ego o arrancarlo de nuestro cuerpo. Ya que el ego es parte de nuestra personalidad y eso es inevitable. Una de las formas es lograr disminuir sus influencias negativas en nuestra vida cotidiana, es el tomando conciencia cuando el ego nos esté afectando a nuestros pensamientos o manipulando nuestra conducta a través de los actos.
Gandhi dijo algo acertado:
“Cuida
tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras,
porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque convertirán en tus
hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino.”
Por
lo tanto, debemos tomar consciencia cuando percibimos la influencia del ego, en
ese momento debemos dominarlo y de esa forma lograremos tener una actitud más
acertada en la acción de decidir y de esa forma lograremos nuestra liberación
del rol victimista.
Ponernos
en el rol de víctima nos produce la incapacidad de ver las situaciones
conflictivas y a veces nos imaginamos que todo el mundo está nuestra contra nuestra. Debemos dejarnos de victimizarnos, así también, dejemos de repetir esa
manera de comunicarnos de frases, como, por ejemplo, al decir: no es justo, las
cosas deberían ser así y no es como yo querría, tengo derecho a esto o cualquier
otra cosa justificándola. ¿Qué situaciones nos provoca? Todas esas situaciones,
detona nuestra ira y esa forma energía negativa afecta a nuestros sentimiento
y eso nos desencadena la frustración. Porque nadie está obligado a
satisfacer esas necesidades. Debemos liberarnos de todas esas actitudes que nos
generan sufrimiento como, por ejemplo: la necesidad de tener siempre la razón,
de sentirnos ofendidos creyendo que los demás son los que nos atacan, la
necesidad de ser un ganador y pretender ser mejores que los demás, la identificarnos por nuestros logros y demostrándonos hacia los demás que somos
mejores, en el deseo de tener posesión y de desear más. Por eso debemos tomar
conciencia del ego, debemos trabajarlo y observarlo desde afuera para no ser
absorbido por él. En todo caso literalmente se puede trascender a través del
ego, pero no por medio de él. Un ego trascendido no mira hacia dentro, sino
mira el mundo exterior, ya que el ego no tiene comunicación con nuestra parte
interna, en una palabra, nuestra alma, pero esa parte interna de nuestro ser
tiene comunicación con el ego a través de los actos de la conciencia. Nuestro
ego es celoso, no le gusta compartir y se rige exclusivamente con la realidad
externa de la dimensión física. Por lo tanto, si tomamos conciencia sobre
nuestros actos, nos liberamos del egoísmo material y de esa forma dejamos de
ponernos al servicio de trabajar con uno mismo, sino para trabajar para los
demás y para la propia sociedad.
.
El
aceptarse a sí mismo, nos permite una vida menos enmarañada. Solo te puedo
decir que escuches a la esencia de tu yo interior, ya que cada uno lleva dentro
de si ese potencial que merece la pena. No dejes que el ego te nuble la mente y
anule tu intuición. Libérate de lo peor de ti y del enmarañamiento de las
emociones tóxicas.